POSADAS. “Chapeau”, un programa mixto que se compuso del Ballet Carmen de Alonso-Bizet y Entre tangos y milongas de Mollajoli y música de varios compositores, la reconocida bailarina Eleonora Cassano se presentó en la ciudad en el marco de la gira de despedida de la danza clásica. Con la presencia de un importante público, la bailarina destacó su nobleza y destreza en la danza clásica impactando con su natural sentimiento al deslizar su figura en el escenario del Instituto Montoya. Escoltada por grandes bailarines, Eleonora se encarnó en la piel de Carmen, en una primera parte del programa. La gitana seductora que tenía a todos los hombres a sus pies deslizó talento, pasión y enamoró, incluso, al público que destacaba con aplausos cada acto. Por momentos Eleonora parecía despegar del suelo con un impulso que al bajar dejaba ver un rostro de felicidad, es que la enorme dedicación de una vida puesta en la danza brindaba la satisfacción de poder ejecutar su retirada tal vez en el mejor momento de su carrera artística. Por momentos sus compañeros destacaban la elegancia en sus pasos, acompañando con dedicación, mientras que en esa primera parte la bailarina que representó a la muerte se llevó todas las miradas. No sólo la fortaleza de su cuerpo para ejercer movimientos adecuados, sino también la soltura al recorrer el escenario, es que la muerte acaparó las miradas y ejerció un importante rol dentro de la historia de Carmen.Según los escritos, la historia transcurre en Sevilla, España, alrededor del año 1820. Sus personajes claves dieron el toque ideal a la pieza que por años engalanó la danza del país. En ese mismo tramo cabe destacar que las cigarreras, en la piel de cuatro excelentes bailarinas, se pudo distinguir también ese talento heredado de la gran maestra Eleonora. Esa misma muerte retoma la fuerza en la puesta cuando aparece en un cuchillo que flamea desde lo alto se hunde en el pecho de Carmen. La mano de Carmen acompaña a la hoja metálica que le quita la vida, buscando el rostro de Don José, que ve morir a su amada.Toda la pasión, entrega y dedicación se ve reflejada en el cuerpo de Carmen que caída en el piso hace vibrar al público.Ya con la puesta de la segunda parte el ballet acompañando a Eleonora Cassano imponen el ritmo 2×4, donde entre tangos y milongas la sala va cobrando otro brillo. Atrás quedó la historia de amor con final desdichado. Delante se ven a los bailarines despuntar pasos infalibles del clásico tango, donde media punta y punta hicieron vibrar las más bellas melodías.Parejas que dieron vida a ese clásico cancionero que recorrió el mundo, “La cumparsita” un tango cuya melodía fue creada y escrita entre finales del año 1915 y principios de 1916 por el músico uruguayo Gerardo Matos Rodríguez. Movimientos con estilo clásico dieron el toque de distinción a una danza que renueva el espíritu.Eleonora desbordó talento y los aplausos la volvieron a coronar como la mejor. El legado quedará en esos bailarines que integran su compañía, quienes no tienen nada que dudar sobre el sofisticado desempeño y gran empeño al acompañar a Eleonora. Nuevamente la pasión aparece en escena, es que tanto el tango como la milonga no dieron tregua a las parejas que con sus pasos fueron dejando un sin fin de historias coronadas en el escenario. Amores, engaños, pasiones, olvidos, eternizaron canciones que mostraron un ballet compacto y que en la gira de despedida valorizaron la impecable presencia de Eleonora Cassano que comenzará un 2013 completamente distinto, pero con la nobleza de haber conquista a un país de punta a punta. Chapeau, querida Eleonora!.





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