POSADAS. “De Repertorio” fue el nombre elegido para conmemorar el 30º aniversarios del Ballet Indoamericano “Guaynamérica Danza”, que el sábado expuso talento y mística en el escenario del auditórium del Instituto Superior Antonio Ruiz de Montoya. Sus directoras y profesoras, Marisil Ceccarini y Berenice Oliveira, junto a un importante grupo de bailarines demostraron gratificación por medio de la danza, que reflejó armonía, pasión y fortaleza.La emoción a flor de piel se pudo observar al escuchar a la directora y profesora Marisil Ceccarini cuando dejó en claro que “esa utopía” que comenzó a tomar forma allá por 1982 hoy se hace realidad gracias al esfuerzo de la gente que confió y aportó talento al ballet.La tierra sin malDesde la danza antropológica mbya guaraní a la danza contemporánea de la galopa misionera, el adagio misionero, el gualambao, el tango, las danzas afro, caribeñas y brasileñas, deslizaron a los bailarines que fueron representando cada una de ellas con la misma fuerza y pasión con que fueron creadas.Un pedacito de la selva misionera se transportó al escenario del Montoya, esa inmensidad de sonidos y colores hicieron que el público se hiciera parte junto al espectáculo “De repertorio”.El video “Guaraníes” dio punta pie inicial para una noche cargada de emociones, sorpresas y talento. Un espectáculo divido en dos actos hizo revivir el paso del tiempo por medio de la danza, una mística maravillosa donde el cuerpo se entrelaza con la tierra y puede hacer sentir el aroma de la selva y transportar felicidad por medio de los músculos del cuerpo.Indiscutible destreza demostraron los bailarines que acompañados de Berenice Oliveira brillaron. Prácticamente esos cuerpos impactaron con la felicidad en sus rostros, desde un yaguareté, los aborígenes, en deslizantes movimientos que llevaron a ofrecer melodías del maestro Ricardo Ojeda, Ramón Ayala, Joselo Schuap, Pinucho Fiorino y Mauro Aramendy -estos dos últimos como artistas invitados-. Repertorios que se vistieron de Misiones, Brasil y Argentina en pasos acompañados de carisma así como lo demostró el bailarín invitado, Claudio Benítez. Es que la única manera de demostrar agradecimiento y felicidad es por medio de la danza, “De repertorio” fue el reflejo de todo ello y, ante un auditorio de pie, el aniversario marcó principalmente apasionada entrega de bailarines que eligieron la danza como un modo de vida. Felicidades y gran brindis por el sueño hecho realidad.





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