POSADAS. Para orgullo de los Saucedo, el haber sido canillitas por más de cuarenta años los ha transformado ya en la única “familia de canillitas” que ha sabido mantener con éxito el negocios y los lazos por tanto tiempo. “Yo crié a mis hijos en el Citroën, vendiendo diarios”, recordó Etelvina Rodriguez durante la charla que mantuvo con PRIMERA EDICIÓN en el living del hogar que ella y su esposo, Juan Alberto Saucedo, supieron forjar en el barrio El Territorio. La reunión es bien familiar, como siempre hicieron y hacen en todo lo que compete a la casa. Con mates y recuerdos de por medio, todos trataron de sintetizar más de cuarenta años como canillitas. “Ser canillitas es algo que siempre nos hizo y nos hace felices. Es el símbolo de la unión de nuestra familia. El único sabor amargo que nos dejó habernos dedicado a esto toda la vida es ver cómo todavía hay quienes subestiman o menosprecian nuestra actividad. Es como si fuera que por ser canillitas estuviéramos impedidos de progresar. Pienso que es así porque ignoran los sacrificios y los padecimientos que hemos pasado para salir adelante con esta actividad que es tan digna como cualquier otra”. El comentario es de don Saucedo, quien se mostró orgulloso de haber criado a todos sus hijos “con la venta de los diarios”. Pero la verdad es que los dos jefes del hogar supieron mostrar tesón para luchar en los años duros, como cuando don Saucedo tenía que estar desde las 23 para esperar a que saliera el diario, ir a venderlo durante toda la madrugada y a las 6 presentarse en la oficina del correo, donde trabajaba. Igual dinamismo mostraba doña Etelvina, quien regresaba a casa para preparar comida para vender.“Muchas veces me tenía que bañar en el río para llegar en buen estado a la oficina”, recordaron con humor durante la charla en la que estuvieron, además de papá y mamá, sus hijos Cristian, Raquel e Ivana. Por cuestiones de trabajo no se encontraba Horacio, el menor de los varones. Sobre los tiempos actuales contaron: “Ahora si bien hay muchos medios de información, igual no le hacen competencia al diario, porque la gente quiere informarse a fondo de las noticias, en la tele o Internet está todo sintetizado y aunque han sido competencia por un tiempo, el diario es un clásico al que siempre recurren. Los domingos son los mejores días de ventas. Por eso agradecemos a clientes y amigos”, detalló el hombre cuyo kiosco de revistas se encuentra en Corrientes y Roque Pérez. Por eso, aunque los cuatro hijos que tuvieron tienen sus compromiso y actividades, ese día es sagrado “para ir a vender y después juntarnos en casa para compartir un almuerzo”, contó Raquel, la mayor de las mujeres, quien este año termina su carrera de hotelería. Mañana la celebración será en familia. No podía ser de otra manera.





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