OBERÁ. La saña fue mucha. Lo demuestran las 17 puñaladas con las que el o los homicidas le quitaron la vida a Mario Suárez (39). Y lo confirman los 25 puntazos que acabaron con Victorio Leiva (53). Los cadáveres fueron descubiertos anoche cerca de Oberá, donde el sangriento episodio corrió como reguero de pólvora y generó conmoción en la opinión pública.Familiares de Leiva, el propietario de la casa donde fueron hallados los cuerpos, aseguraron que del lugar faltaban un televisor y una garrafa, por lo que la principal hipótesis hasta ayer guardaba relación con un presunto robo.En ese sentido, efectivos de la Unidad Regional II detuvieron a un joven de 27 años que amenazaba a los vecinos de la zona durante la madrugada, bajo sospechas de que pueda estar vinculado con el caso.Al cierre de esta edición, los uniformados también buscaban a un segundo muchacho, quien según los vecinos habría sido visto durante la madrugada ofreciendo en el barrio nada más y nada menos que un televisor y una garrafa.Sangriento escenarioSegún se informó desde el departamento de Prensa de la Policía de Misiones, a cargo del subcomisario Claudio Ludtke, el aberrante doble homicidio se conoció alrededor de las 19.50 de ayer.A esa hora, un familiar llegó hasta la casa ubicada en el predio del aserradero Rasmussen, sobre calle Garabí, en una zona popularmente conocida como kilómetro 0, a unos 300 metros de la ruta provincial 103 y a cuatro kilómetros hacia el oeste del centro obereño. Cuando abrió la puerta, ese familiar descubrió el horror: en la cocina y sobre una manta estaba el cuerpo sin vida de Suárez, con al menos 17 puñaladas en el tórax, el cuello y el abdomen; en tanto, en una de las habitaciones el visitante se llevó otra desagradable sorpresa al hallar el cuerpo de Leiva “cosido” de 25 puntazos, también en distintas partes del cuerpo. Al parecer, Leiva era el dueño de casa y trabajaba como peón de campo en el aserradero. Suárez, en tanto, era amigo de Leiva y se dedicaba a la albañilería. Como no tenía trabajo, se había acercado a la humilde vivienda para realizar algunas tareas.Familiares de Leiva aseguraron que de la vivienda faltaban un televisor y una garrafa, por lo que los detectives de la Unidad Regional II apostaban anoche a un doble homicidio enmarcado en un violento robo. En ese sentido, gracias al testimonio aportado por vecinos, los investigadores buscaban a un joven que por la madrugada ofrecía elementos similares a habitantes de la zona.En tanto, ayer por la mañana fue detenido un joven de 27 años con antecedentes policiales, quien por la madrugada recorría el barrio amenazando a viva voz a los vecinos. La Justicia investiga ahora si el detenido guarda relación con el hecho.El sangriento episodio causaba conmoción anoche a medida que trascendía entre los vecinos del barrio y, en general, de Oberá.





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