PUERTO IGUAZÚ. Desde hace varios días en esta ciudad se anunció que el sector político del intendente Marcelo Sánchez (quien ingresó por un frente opositor a la renovación pero que se alineó inmediatamente con su cuñado Maurice Closs) realizaría el lunes 29 un “gran acto en el hotel Amerian” (propiedad del mandatario misionero) para contrarrestar las críticas recibidas desde el sector del ex intendente Claudio Filippa. Este último, ligado al presidente de la Legislatura Carlos Rovira, realizó días pasados un acto con un millar de personas donde logró un fuerte respaldo del rovirismo renovador. Sin embargo, el “gran acto” terminó en una reunión donde apenas asistieron tres funcionarios provinciales (los ministros Horacio Blodek, Joaquín Losada y el titular del IPLyC Eduardo “Balero” Torres) y un grupo de intendentes clossistas del norte.Hasta se llegó a anunciar la llegada de Closs, lo cual no ocurrió en toda la jornada. Sánchez no puede ocultar su rivalidad con Filippa y la fractura de la renovación en un punto tan estratégico e importante como la localidad que alberga a los principales intereses económicos de su cuñado. El sector que sigue a Filippa se había pronunciado como los únicos renovadores de Iguazú. Sánchez ensayó una respuesta algo liviana: “Estamos para convalidar un acto de respeto. Dentro del Frente para el Cambio había peronistas, radicales, y había dos listas de renovadores, una mía y otra de Toto Sánchez, la renovación sacó el 82% de los votos”.Según algunos asistentes, se habría ratificado la sociedad Closs-Rovira, pero sin garantías de lo que puede suceder en las segundas y terceras líneas. Incluso en las comunas como Iguazú donde la convivencia interna aparece casi imposible. Pero, la pequeña reunión terminó de mostrar a un clossismo cada vez más debilitado.





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