SITTWE, Birmania (AFP-NA). Más de sesenta personas perdieron la vida en los enfrentamientos registrados esta semana entre budistas y una minoría musulmana del oeste de Birmania, ante la inquietud creciente de la comunidad internacional que teme por el proceso de reformas.Tras varias semanas de aparente tranquilidad en el Estado de Rajin, la violencia entre budistas de la etnia rajin y rohingyas, una minoría musulmana considerada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como una de las más perseguidas en el mundo, volvieron a estallar desde el domingo. Después de haber informado en un primer momento de 112 muertos, un portavoz del gobierno Rajin revisó el balance a la baja, a 64 muertos. “Cometimos un error de cálculo”, explicó a la AFP Win Myaing. “El balance de muertos es de 34 hombres y 30 mujeres”. “La mayoría de las personas murieron al ser atacadas con cuchillos. Solo algunos murieron por bala”, precisó el portavoz, quien indicó que más de setenta personas resultaron heridas y unas 2.000 casas fueron incendiadas.Al menos 75.000 personas, en su gran mayoría rohingyas, fueron desplazadas en la primera ola de violencia. Los últimos días son miles los que llegan a pie o en barco hacia los campamentos en los alrededores de Sittwe, capital del estado de Rajin. Los campamentos están abarrotados y faltan alimentos así como cuidados médicos para los desplazados.A unas 3.000 personas, que llegaron en decenas de barcos, se les impidió atracar ayer en Sittwe.La crisis ya es problemática para el presidente Thein Sein, que multiplicó las reformas desde que accedió al poder en marzo de 2011. El ex general lanzó negociaciones con las rebeliones étnicas, algunas de las cuales están en conflicto con el poder de Naypyidaw desde la independencia en 1948.





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