PUERTO RICO. Un antes y un después parece haber marcado el crimen de Angélica Ramírez (14) en Puerto Rico, una localidad sitiada por el dolor y la incertidumbre prácticamente desde hace un mes. Ayer, la confusión encontró otro punto de quiebre con el desplazamiento del jefe de la Unidad Regional IV de la Policía de Misiones, el comisario mayor Roberto Bernal.El descontento popular se siente en las calles de Puerto Rico y en las últimas horas se cobró la “cabeza” del jefe de la jurisdiccional, señalado desde hace algún tiempo por una serie de hechos no del todo claros que encontraron como punto límite el hasta ahora irresuelto homicidio de la adolescente.La paciencia parece haberse agotado en el seno de la Jefatura de Policía, que entonces decidió separar de su cargo a Bernal y reemplazarlo con la llegada del mayor Mario Miño, hasta ayer segundo jefe de la Unidad Regional I de Posadas.En tanto, hasta anoche no se descartaba que también sean apartados de su cargo los responsables de la comisaría seccional Primera de Puerto Rico, en el ojo de la tormenta desde que trascendió -a casi tres semanas del crimen- que una llamada anónima había vinculado al hijo del juez Éctor Acosta con el crimen.DesplazamientoFuentes cercanas confirmaron ayer a este medio el desplazamiento de Bernal y aseguraron que la determinación se debe a dos casos resonantes que golpearon en la confianza de la sociedad: el robo de una tonelada de marihuana del depósito de la comisaría Primera y los últimos hechos que le relegaron claridad a la investigación por el atroz homicidio de Angélica Ramírez. “La gota que rebalsó el vaso es la situación en la que está el caso Angélica, todos esos comentarios que se dan sobre la participación del hijo del juez”, le contó a PRIMERA EDICIÓN un portavoz que prefirió mantenerse en el anonimato por razones obvias.Bernal había comenzado a ser cuestionado profundamente después de que el lunes 3 de septiembre se detuviera a un oficial con prestación de servicios en el Comando Radioeléctrico, en cuyo poder se encontraron 123 kilogramos de marihuana.Al poco tiempo se conoció la verdadera envergadura del caso: del depósito de la Primera habían desparecido cerca de una tonelada de marihuana que permanecía allí luego de un operativo antidrogas.El episodio trascendió rápidamente a los medios nacionales y el Juzgado Federal de Eldorado detuvo a cinco personas (un oficial y cuatro suboficiales) en averiguación del hecho.Para la Justicia existió una conducta por lo menos negligente de los responsables de la UR-IV -los peritos federales establecieron que el lugar de almacenamiento de la droga “no era seguro”, dijeron- aunque puertas para adentro, el hilo se cortó por lo más fino: desde Jefatura se separó del cargo a Milcíades Benítez, en ese momento a cargo de la dependencia, que quedó intervenida.Ahora, la engorrosa situación que involucra a dos policías que recién la semana pasada declararon ante el magistrado Éctor Acosta y vincularon a uno de sus hijos por una llamada anónima recibida en el Comando Radioeléctrico horas después del crimen, terminó por sellar el futuro de Bernal.Según se supo ayer, hoy por la mañana el comisario mayor Mario Miño se haría cargo oficialmente de la UR-IV, una dependencia que permanece en el ojo de la tormenta y que parece haber perdido cierta credibilidad entre los vecinos de la jurisdicción.En esa posición, Miño se convertirá en uno de los responsables de la investigación que se lleva a cabo por el crimen de Angélica, hallada muerta a golpes en la mañana del pasado jueves 27 de septiembre en la calle Pionero Khun, a 200 metros del acceso norte de Puerto Rico. Ante la frágil situación ya se inhibieron tres jueces y, a casi un mes del episodio, la causa no parece avanzar más allá de la detención del panadero de 51 años, quien permanece tras las rejas a la espera de los resultados de ADN.Esos exámenes genéticos -a los que también fueron sometidos un prefecturiano y otros dos hombres que, pese a las sospechas, aguardan en libertad- serán claves y permitirían disipar los rumores y hablar de certezas.De todas maneras, después de tanto tiempo, en las calles de Puerto Rico surge con fuerza una pregunta: ¿qué sucederá si los rastros genéticos no corresponden con ninguno de los sospechosos? Toda la ciudad está a la expectativa. Una ciudad que se resiste a vivir el después. Sumario paralos forensesFuentes ligadas a la investigación aseguraron ayer que en las últimas horas el Superior Tribunal de Justicia de la provincia abrió un sumario administrativo en el que se buscará investigar el papel que llevaron adelante los dos especialistas forenses con los que cuenta la Cuarta Circunscripción Judicial de Misiones.Al parecer, la medida tendría que ver con las contradicciones que surgieron entre la primera autopsia, que se realizó en Puerto Rico, y la segunda, que se llevó a cabo luego de la exhumación del cuerpo de la menor, días después, en Posadas.El principal punto de desencuentro surge de las hipótesis sobre si la menor fue o no abusada. “Vamos a tratar que Angélica descanse en paz”JARDÍN AMÉRICA. En medio de la incertidumbre por la rueda de inhibiciones que se registraron en los últimos días sobre el caso Angélica Ramírez, el expediente finalmente llegó ayer a manos de la magistrada Laura Marcela González, al frente del Juzgado de Primera Instancia en lo Civil, Comercial, Laboral y de Familia de Jardín América.El documento consta de cinco cuerpos que en total suman unas mil fojas que la magistrada comenzaba a estudiar ayer, según reveló en diálogo exclusivo con PRIMERA EDICIÓN.“Hemos recibido el expediente luego de la inhibición del doctor Lirussi. Me voy a abocar al conocimiento de la causa para darle una respuesta al pedido de continuar con la investigación, como corresponde”, expresó la funcionaria judicial, quien aseguró que “de aquí en adelante vamos a tratar de buscar no sólo la paz social, sino también que Angélica pueda descansar en paz”.Las esperanzadoras palabras de González parecieran ser una “bocanada de aire fresco” para la opinión pública después de la inhibición de tres jueces en apenas horas.Éctor Acosta, al frente del Juzgado de Instrucción de Puerto Rico y titular original de la investigación, se inhibió el jueves 18 de octubre, por la presión social y ante las sospechas de que uno de sus hijos gu
arde relación con el hecho.El caso pasó entonces al juez Osvaldo Lunge, a cargo del Juzgado Correccional y de Menores de la Cuarta Circunscripción Judicial, quien también se inhibió ante la relación personal que mantiene con Acosta y para no comprometer la imparcialidad que debe tener la investigación.Finalmente, el juez Itálico Lirussi, del Juzgado Civil, Comercial y Laboral de Puerto Rico, también decidió apartarse por motivos similares. Es que uno de los hijos de Acosta trabaja en su juzgado.





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