POSADAS. Noelia está por llegar al séptimo mes de embarazo de su tercer hijo, la tan ansiada nena. Cuando transcurría el cuarto mes de gestación, esta joven de 32 años se enteró que en su útero también estaba alojado el cáncer. Ayer Noelia viajó a Buenos Aires, donde vive su papá, para hacerse el tercer control oncológico cuyo resultado definirá la fecha de nacimiento de su pequeña hija, Tiara Guadalupe. “El diagnóstico me lo dieron en el hospital Madariaga, me hicieron una biopsia, que es el corte de un pedazo del cuello del útero para estudiarlo, que puso en riesgo a mi hija en la panza, según me dijeron después los médicos del hospital Fiorito y del Hospital Materno Infantil de Agudos “Ana Goitia”, ambos de Buenos Aires, donde desde entonces viajo a atenderme a Buenos Aires. Al principio fue muy fuerte, los médicos del Madariaga me dijeron sin vueltas que tenía que aguantar hasta el séptimo mes de embarazo para la cesárea y que después de eso me vaciarían. Al principio, el cáncer de cuello uterino no estaba muy avanzado (estadío CIN I) pero en el segundo control creció (etapa CIN II) y ahora me voy a enterar cómo está la enfermedad. Los médicos ya me avisaron que si avanzó mucho van a tener que hacerme una cesárea los primeros días de noviembre, ni bien Guada cumpla el séptimo mes de gestación”.Noelia habla con un tono tranquilo, como quien sabe que debe guardar fuerzas porque la verdadera batalla todavía no comenzó. Después de la sorpresa, la angustia y el temor que sintió ante la incertidumbre por lo que se viene para ella y sus tres hijos, Noelia se quedó con la esperanza y la fortaleza que se forjó como mamá soltera. “Mis hijos tienen 12 y 9 años; yo soñaba con tener una nena y este año me decidí después de hablar con mis hijos. Me fui al ginecólogo para que me saquen el DIU y me mandaron a hacerme un Papanicolau. Me quedé embarazada de inmediato, al médico no le gustó el resultado del Pap y me mandó hacer una biopsia, estudio con el que casi perdí el embarazo. Ahí supe que tenía cáncer y la única razón por la que me enteré es porque había decidido embarazarme. Siento que me hija vino a para avisarme y salvarme… porque el DIU recién tenía que cambiarlo en 2019 y cuando eso ocurriera ya iba a ser muy tarde para mí. Como me dice el doctor, mi hija vino para abrirme los ojos… porque el cáncer de cuello uterino no tiene síntomas claros hasta que está muy avanzado”. “Mi beba está muy bien”Para proteger a su hija, Noelia espera su nacimiento antes de empezar el tratamiento oncológico. “Pasé por muchas angustias y dudas, los médicos tuvieron que explicarme que el cáncer no le estaba haciendo ningún daño a mi beba, ella está perfecta y quizás, si los estudios míos no salen mal, podamos seguir el embarazo un poco más. Si no, va a nacer por cesárea con siete meses de gestación y tendrá que quedar en una incubadora el tiempo que haga falta mientras que a mí me operarán para sacarme el útero y me harán quimioterapia”, contó. Noelia viajó ayer junto a sus hijos, “no me queda otra más que llevarlos y hacerles perder estos meses de escuela… con la esperanza que volveremos los cuatro juntos y ellos podrán rendir para no perder el año. ¿Mi sueño? Llegar a febrero y volver a esta casa, que es mía, a Posadas, el lugar donde hace ya cinco años elegí para que crezcan mis hijos”, contó emocionada la joven sentada en el pequeño comedor donde esperaba a PRIMERA EDICIÓN con unos mates dulces.Madre protectora “No quiero que me identifiquen en las fotos”, rogó Noelia al saludar. Es que todavía no les contó a sus hijos sobre su enfermedad, “no quiero angustiarlos, que sufran ante la posibilidad de quedarse sin mí. Estoy esperando que me den los estudios de control para hablar con ellos y no asustarlos innecesariamente. Ellos van a la escuela, tienen sus compañeros y amigos… no quiero que nadie le diga que su mamá puede morir”, explicó.¿Porqué se decidió a contar su historia a PRIMERA EDICIÓN? Porque una de sus amigas, Brenda, inició una campaña solidaria en facebook para poder juntar cositas para la beba. “Brenda me convenció de pedir ayuda, yo siempre hice cosas para generar dinero, juntas teníamos una venta de ropa usada, pero con el embarazo no puedo trabajar. Hace meses que nos arreglamos con lo que cobro de Asignación Universal y el ticket alimentario… también me ayuda mi mamá, que vive en Posadas. Todos los meses trato de comprar algo para la beba, pero es todo mucho más rápido de lo que quisiera y todavía no tengo cuna, ni coche, ni ropita… casi nada”, contó. Según indicó, gracias a la campaña de su fiel amiga, algunas personas y organizaciones civiles, entre ellas Gravida, se acercaron a ofrecer su ayuda. “Me trajeron algunos pañales que serán de mucha utilidad, también algo de ropita… todavía no tengo carrito, cuna, sabanitas, medias…”, precisó. Los que quieran ayudar pueden hacerlo acercando su donación al carrito de hamburguesas donde trabaja Brenda desde las 19.30, en San Martín y Suiza o llamar al (0376) 154732971.





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