SAN IGNACIO (Sergio Alvez y Oscar Ibarra, enviados especiales). La crecida de las aguas provocada por la cota definitiva de la represa Yacyretá generó en San Ignacio pérdidas descomunales: se inundaron 2.300 hectáreas. Entre la superficie anegada se contabilizan desde vastas zonas de reserva natural -del Parque Provincial Teyú Cuaré- hasta espacios productivos -se perdieron decenas de olerías- pasando por playas y balnearios de la costa del río Paraná, donde la población local y los visitantes acudían en masa a refrescarse en temporadas de altas temperaturas.Tamaña afectación no ha sido debidamente compensada por la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), que sigue sin dar cumplimiento al tratamiento costero necesario (días atrás se ahogaron dos chicos en una zona sin protección costera) y a otras acciones necesarias. Ante ello, la comuna local viene exigiendo que el organismo encabezado por Oscar Thomas cumpla con las obras y presentó un proyecto de recuperación de playas para paliar algo de la severa destrucción que sufrió la localidad por Yacyretá.En este contexto, se avecina un verano que encontrará a San Ignacio con limitaciones en cuanto a la oferta turística de playas aptas para recreación acuática en el río, mientras que son los pobladores locales quienes sufrirán la pérdida definitiva de los lugares donde tradicional y gratuitamente disfrutaban del Paraná.PRIMERA EDICIÓN recorrió las costas de este municipio para dar cuenta de la situación actual tras las heridas abiertas por la cota 83. “Yacyretá nos arruinó las costas”Históricamente, uno de los lugares más concurridos por las familias de San Ignacio en el verano era la playa de Puerto Viejo, una suerte de península bañada por el río Paraná. Año tras años, los vecinos acudían parea pasar el día, aplacando el calor y disfrutando de beldades que a instancias de Yacyretá sucumbieron para siempre: la península quedó totalmente bajo agua y ya no está permitido bañarse.“Acá veníamos todos los veranos, éste era el lugar elegido para venir con la familia por lo lindo y seguro, bastante tranquilo, y era gratis, acá la gente disfrutaba del verano, de las riquezas del río, como fue toda la vida, hasta que Yacyretá vino a arruinarnos las costas y ahora sólo quedan lugares privados para ir”, lamentó Víctor Zanabria (52), padre de familia nacido y criado en San Ignacio.Al respecto del truncado Puerto Viejo, cuenta el secretario de Turismo de la Municipalidad de San Ignacio, Armando Cardozo, que “efectivamente era un espacio con mucha afluencia, un espacio popular, donde la gente venía a disfrutar del río. Lamentablemente con la crecida todo eso se perdió”.Otro sector de playas naturales que se malograron es el de la zona del Teyú Cuaré. “Estas playitas del peñón también eran bastante concurridas por la población, pero al crecer el río se perdieron, la zona quedó muy profunda y ya no pueden usarse como playas”, explicó Cardozo.Además quedaron anegadas zonas del Puerto Nuevo y casi toda la tradicional Playita del Sol.“En diciembre se inaugurará una parte de la Playa del Sol, que era otro de los lugares muy concurridos, pero que se perdió bastante por las crecidas, ahora se está recuperando un sector”, añadió el responsable del área turística del municipio.Para Gustavo Bonadío (48), comerciante de la zona, “lo que hizo Yacyretá acá no tiene nombre. Ni tampoco hay forma de compensarlo, aunque al menos tendrían que hacer las obras necesarias. Perdimos los lugares más hermosos que teníamos”. La oferta actual de playas Armando Cardozo, secretario de Turismo municipal, explicó que “San Ignacio se caracteriza por tener un verano muy activo, por la gran afluencia de turistas tanto de la provincia, como del resto del país y otros países. En este sentido, el principal atractivo con el que se contará este verano en materia de lugares aptos para el disfrute del agua es el Club del Río y además se piensa inaugurar una parte de la Playa del Sol, donde habrá servicios. Después hay campings como Boca del Teyú Cuaré, El Cabú, La familia o Los Jesuitas y el Club de Pesca también se presenta como una alternativa, con bajada de lancha”.Agregó que “cada verano San Ignacio recibe decenas de miles de visitantes. Este año si bien habrá menos playas, contamos con muchas opciones para recibir al turista. La plaza hotelera actualmente se encuentra en 750 camas disponibles y tenemos una capacidad de atención gastronómica para satisfacer a dos mil comensales por hora”.





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