Posadas. “Vengan, este es el paseo nuevo para los chicos de las escuelas que nos visitan”, dijo Juan Carlos Galeano e invita a descubrir “lo maravilloso” de la tierra que permite la producción del propio alimento en un pequeño espacio, hasta en una maceta. Plantines de distintas especies, una muestra de abono orgánico logrado con lombrices californianas, tomates cherry, frutilla, albahaca, verduras y todo lo que se pueda imaginar se puede encontrar en el recorrido por la granja modelo “El Fiaca”. Primera Edición visitó el lugar para repasar los inicios del responsable de la granja, la gran huerta que creció y se hizo famosa a la vera del arroyo Mártires, donde todas las familias más necesitadas encontraban un plato de comida y bolsas de verduras, a cambio de colaborar algunas horas en la huerta. Desde el 2009, obligados por la suba de la cota, se mudaron a la chacra 107, donde de manera inmediata continuaron con la tarea social y los cursos de capacitación que tiene el claro objetivo de enseñar a cultivar la tierra. “Las familias tienen que entender que el camino de producir el propio alimento es el que nos va a salvar a todos”, manifestó Galeano, frase que repitió y repite cada vez que puede en los talleres y capacitaciones en los que participa. Galeano es posadeño, tiene una familia con cuatro hijos, es maestro panadero y confitero y allá por 1994 por falta de trabajo se dedicó un tiempo a trabajar en una empresa de colectivos. No funcionó. “Me decaí completamente, hasta que un día me levanté y me puse a limpiar un pedazo de tierra cerca del Mártires, dos meses después le dije a mi esposa, nunca más nos faltará un plato de comida”, recordó. “Fue tan grande la bendición que realmente no me faltó más la comida, ni a mí ni a cuántas familias que pasaron por la granja El Fiaca desde el ‘94 y que tomaron conciencia de que sí se debe y se puede producir el propio alimento”, manifestó resaltando las posibilidades que brinda un pedazo de terreno.“La gente viene acá y dice que no tiene espacio para plantar, pero yo les muestro que este es el espacio que necesita para tener lo que quiere”, contó mostrando algo que se parecía más a un arreglo artesanal para decorar la casa, armado con una planta de Santa Rita, tomates y ajíes con frutas. “Y es todo comestible, quién no quisiera tener algo así”, agregó sonriendo orgulloso de lo que puede enseñar. En plena crisis económica del país, en el 2001, El Fiaca comenzó con el comedor “por la necesidad misma de las familias, los mismos vecinos se acercaban, hubo unos cuantos que fueron parte del emprendimiento y siguen siendo parte”. “Algunos ya no están, algunos que fueron parte recuerdan con mucho orgullo que granja El Fiaca sigue vivo y dando mucho a todas las familias”, destacó. Galeano aseguró que jamás había imaginado lograr todo lo que logró y dijo que se siente feliz cuando su equipo de trabajo recibe felicitaciones de distintas partes y es convocado para participar en capacitaciones en otras provincias, incluso en países vecinos como Paraguay y Brasil. Hace siete años que Galeano comenzó a brindar capacitaciones y contento señaló que actualmente hablar de granja El Fiaca es “sinónimo de producir alimento”. La granja brinda asesoramiento y articula distintos proyectos con instituciones, entre ellos el Gobierno y escuelas. “El proyecto de articular con instituciones escolares y la Municipalidad es ambicioso: lograr que el niño entienda que puede lograr su alimento y la escuela quedarse orgullosa de promover esto, alimentos sanos sin agroquímico ni agrotóxicos. “Por ahí soy crítico, pero es una crítica constructiva, porque si se puede lograr una planta de lechuga en una maceta se puede aportar a que cambie la situación y que las familias produzcan sus alimentos”, insistió Galeano. Comedor en la granja Apenas asoma el sol y las encargadas de la cocina ya están preparando el menú del día en la granja El Fiaca, ubicada en calle 34, casi Zapiola de la chacra 107. Diariamente se atiende a más de 200 comensales, unos 130 son niños, a quienes se les brinda el almuerzo mediante el programa PNUD que llega de la Nación. La tarea social nunca se interrumpió, desde que comenzó el comedor cerca del Mártires y siguió desde marzo de 2009 en el nuevo emplazamiento. Juan Carlos Galeano, responsable del lugar y promotor de las capacitaciones en huerta indicó que muchos piensan que hay necesidades solamente en los asentamientos más pobres, pero es una idea totalmente equivocada. “No saben que existen, y muchas, necesidades entre cuatro lindas y confortables paredes de material”, señaló.





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