POSADAS. “8 mujeres”, una comedia que ofrece condimentos interesantes y, sobre todo, desata la intriga de una supuesta muerte, donde cada protagonista se ve involucrada de algún modo, ya sea por intereses materiales e incluso secretos de familia, se presentó el miércoles por la noche, en el auditórium del Instituto Montoya, y logró captar la atención del público por medio de actuaciones lujosas brindadas por actrices de la talla de Chunchuna Villafañe, Norma Pons, María Leal, Emilia Mazer, Katja Aleman, Mónica Villa, Sabrina Carballo y Lucrecia Blanco. En el seno de una familia de clase alta, en la que se van desatando historias asombrosas, con toques de humor y mucho de realidad, se encuentran ocho mujeres que debajo de sus mangas guardan y atesoran secretos ambiciosos. La señora de la casa: Gaby, se esconde en el alcohol para evadir una vida frustrada, lleva adelante la primera intriga al descubrir que el hombre de la casa, Simón, está muerto en su habitación.Esa figura masculina que no aparece en ningún momento en escena se convierte en el botín de guerra entre el ama de llaves, una mucama-amante, la suegra, cuñada y una hermana, además de sus hijas. Todo como un gran culebrón comienza a tomar forma en momentos destacados de la obra, como el que protagoniza Norma Pons en un breve monólogo que inspira a pensar, destacando las miserias de una familia que agoniza por la falta de cariño y carencia de afectos reales. Interesante y pintoresco se vuelve el papel de Emilia Mazer, que en la piel de la amante de Simón y mucama hot arranca la risa del público. Pero sobre todo el desenfado completo, al mostrar uno de sus pechos y poner como centro de atención que su vida no sería fregar como servidumbre. Más de dos horas llevan al espectador a formar parte de una pieza que dentro de las acusaciones e hipótesis involucran a cada una de las actrices. Por momento parece que todas son culpables y cómplices a la vez, pero “somos siete contra una”, afirman en el diálogo. Entre humoradas, pánico, ironías y diálogos acertados, aparece el último personaje sobre el final. Katja Aleman, en la piel de la hermana de Simón, llega imponente para generar aún más discordia familiar. Pero desde el montón de acusaciones, confesiones de lesvianismo y venganzas, Catalina, la menor y más despistada de la familia, escondía la clave de la verdad. Una historia que logra llevar situaciones familiares cotidianas a escena. Es que Catalina, encarnada por Sabrina Carballo, había tramado la supuesta muerte con su padre, que escondido en la habitación había escuchado todos los pormenores de las mujeres de la casa. “Ahora papá y yo nos vamos de viaje juntos, porque él sabe bien quienes son ustedes y se quedará conmigo. Todo esto fue tramado”, entre esa confesión y el asombro de las demás mujeres, se desata una parte final que lleva a Catalina llegar a la habitación donde un disparo ensordecedor aterra y atormenta. “Papá se mató”. Con ese final trágico, las mujeres caen en un estado de emoción completo culminado así con un auditorio de pie y agradecido por excelentes actuaciones.Sobre el final las actrices, tomadas de la mano, agradecen el respeto y atención de la gente. María Leal pide al público que le regalen un sapucay, tal como lo hizo la gente de Corrientes y desde las butacas alguien concedió ese pedido que fue aceptado con aplausos, risas y más sapucay por parte de estas ocho grandes actrices.





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