Bernardo de Irigoyen. María Juana Martínez (114) es la persona más longeva de la Argentina y reside en esta localidad junto a su hija María Cecilia ,de 84 años, en una casilla precaria de madera, con piso de tierra y sin acceso al agua potable.A partir de la nota publicada por PRIMERA EDICIÓN el 14 de mayo diferentes instituciones tanto municipales como provinciales se movilizaron con el aparente objetivo de brindar la necesaria y correspondiente solución habitacional para María Juana.Días pasados una delegación del Iprodha comenzó, en el mismo lote que habita la abuela, la construcción de una casa de madera con piso alisado que aparentemente mejoraría las condiciones habitacionales de las mujeres. Sin embargo, llamó la atención la construcción, bastante precaria, y en la que ni siquiera se contempló un espacio para el sanitario de las abuelas, quienes deben caminar más de veinte metros para llegar a la letrina que utilizan. Compromiso municipalPor su parte, el intendente Nemesio “Chichín” Aquino manifestó su compromiso: “Queremos brindarle a María Juana y su familia, he dado mi palabra que vamos a hacerlo, condiciones dignas de vida, brindándole asistencia desde Acción Social municipal y solicitamos a la Cooperativa de Agua (Coopabil) que realice la instalación correspondiente. La respuesta de la cooperativa no fue clara ni positiva, argumentan que por un problema de presión no llega el agua hasta la propiedad de las abuelas” y agregó que “en caso de que sea realmente así, hemos decidido construir en la zona un pozo perforado para abastecer a esta y otras familias, pues somos conscientes que sin acceso al agua no se puede vivir”.El problema del agua es grave en Bernardo de Irigoyen y la Coopabil hasta el momento no brindó soluciones al respecto, durante gran parte del verano casi toda la población, con la sequía, sufrió el faltante del líquido vital y se sigue dependiendo del régimen de lluvias para el normal abastecimiento. Vecinos solidariosLucas y Fabián son docentes en la Escuela Normal N°12; son ellos junto a un grupo de alumnos de la escuela, quienes a fines del año pasado, mediante venta de pastelitos a la comunidad, juntaron los fondos, compraron los materiales y le hicieron la instalación eléctrica a la vivienda de María Juana.En diálogo con este matutino Lucas comentó que “cuando nosotros a través de un conocido nos enteramos de las condiciones en las que vivía María Juana inmediatamente decidimos tratar de hacer algo, se lo planteé a mis alumnos y ellos enseguida se engancharon, fue así que organizamos la venta de pasteles que nos permitió juntar los fondos para comprar los materiales y concurrimos un sábado para realizarle la instalación eléctrica a las abuelas”.“Hace poco decidimos nuevamente hacer pastelitos con el objeto de recaudar fondos para poder hacer la conexión de agua”, detalló.





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