Buscar a otros para convivir es quizás uno de los primeros “comportamientos” que pusimos en práctica, porque en grupo el progreso y la seguridad eran mucho mayor.¿Entonces qué hacemos con los que no cumplen y desobedecen las reglas de vivir en grupo?, una primera respuesta fue el “ojo por ojo”, lo que significa que según el tamaño del daño que provocas, así será tu castigo; ¡Si mato mueres; si robas devuelves lo que robaste y si mutilas serás mutilado!Pero con el tiempo se vio que el “ojo por ojo” dejaba poco margen para la recuperación, y sí mucho daño por el señalamiento social, más el resentimiento del inadaptado; dejándole poco margen para reinsertarse de nuevo en forma saludable en el grupo.Sabemos que cada uno de nosotros puede cometer en algún momento un delito e infligir daño al otro, que después se arrepiente.También entendimos que para ser feliz en sociedad, en este ida y vuelta de favores y beneficios, la clave iba a ser el “dar sin esperar nada a cambio o altruismo”.“Cómo amar lo aprendí de un campesino. Él estaba sentado en una posada junto a otros campesinos, bebiendo. Durante un rato, permaneció callado, pero cuando se animó con el vino, le preguntó a uno de los hombres que estaba sentado a su lado: – Dime, ¿tú me quieres o no me quieres? .El otro le respondió “¿te quiero mucho?”.Pero el primer campesino le respondió: “¿Sabes que necesito?, Si me quisieras lo sabrías”. El otro no supo contestar esta pregunta y el campesino que la había formulado volvió a quedarse en silencio.Pero yo lo entendí, conocer las necesidades de los hombres y llevar la carga de sus penas, ese es el verdadero amor”. Cuentos Jasídicos -Martín Buber.Es por esto que en casi todas las culturas, religiones y filosofías del planeta se hace referencia a una regla fundamental, y esencial para resolver nuestros conflictos, bautizada como la “Regla de oro”, pues este metal es considerado el elemento más valioso.Esta “Regla de Oro” es un código de comportamiento o principio moral, que se expresa de dos formas, una positiva donde “Debo tratar a los demás como me gustaría que otros me traten a mí”, y una forma negativa o prohibitiva o Regla de Plata, donde “No debo tratar a los demás de la manera en que a mí no me gustaría ser tratado”.La regla de oro está desparramada por todos los rincones del mundo y de la historia, y avala nuestra tendencia a “vivir en comunidad en paz”, haciendo sospechar que estaría transmitida por nuestra Herencia.Ella nos guía hacia conductas positivas para regular nuestras relaciones según el principio de no agresión y del sentido común, el primer ejemplo de la historia aparece en el Antiguo Egipto (c. 2040-1650 a.c.), en una narración llamada “El Campesino elocuente”.El filósofo griego Epicuro (341 – 270 a.C.) entiende que la regla de oro es una “ética de la reciprocidad”, para disminuir al máximo el daño del otro y lograr la felicidad de todos.La mayoría de las formulaciones de la “Regla de oro” se realiza en su forma negativa o pasiva (Regla de Plata), como Confucio (551-479 a.C.) quien escribió, “No hagamos a otros lo que no queremos que hagan con nosotros”.Muchas religiones también la exponen como regla de Plata, como el Zoroastrismo que dice: “La naturaleza sólo es buena cuando no se hace a los demás, nada que no sea bueno para uno mismo”. El Confusionismo expresa: “No impongas a otro lo que no elegirías para ti mismo”. El Budismo: “No hieras a los otros de una forma que tú encontrarías hiriente”, y el Judaísmo: “Lo que es odioso para ti no se lo hagas al prójimo”.“En la calle vi a una niña pobre con frío en un ligero vestidito y con pocas chances de tener una comida decente.Me encolericé y le dije a Dios: -¿Por qué permites estas cosas , Por qué no lo solucionas?Durante un rato, Dios guardó silencio, pero de improviso, me respondió: -Ciertamente he hecho algo… Te he hecho a ti”. Cuento- Autor desconocido.La forma activa o positiva de la “Regla de oro” se hace en el Taoísmo que “considera la ganancia de tu vecino como tu ganancia, y la pérdida como tu pérdida” y en el Hinduismo “Trata a los otros como te tratas a ti mismo” o el Judaísmo “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” o en el Hadiz Islámico que dice “Ninguno de vosotros habrá de completar su fe hasta que quiera para su hermano lo que quiere para si mismo”.En el Cristianismo la “Regla de Oro” Jesús la expresa en historias como la del Buen Samaritano y citando la Ley Judía antigua “Amarás a tu prójimo como a ti mismo, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos”, pero enriqueciéndola y dándole un valor sublime, como en el párrafo de Mateo: “Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen; (…), y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada (…) Sed, pues, misericordiosos”.E. Kant y C. Darwin le dan un nuevo vigor, ubicándola como necesaria para regular la convivencia humana, y K. Popper se apoya en ella cuando en su obra menciona que “el Estado no debe imponer afirmativamente determinadas conductas a los hombres, sino que sólo debe impedir que éstos se causen mal los unos a los otros, es decir, que hagan a los otros lo que no querrían para sí mismos”.La regla de oro es la base teórica esencial dentro del concepto moderno de los derechos humanos, donde cada individuo tiene derecho a un trato justo, y una responsabilidad recíproca para garantizar la justicia para los demás.La persona que intenta vivir con esta regla trata a todas las personas con consideración, y no solamente a su grupo cercano.Por J.L. Bazán – Médico Deseo tu opinión: [email protected]





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