Una vez más, la estrategia del “cuento del tío” volvió a cobrarse una víctima en la capital provincial. Y el caso no es uno más, en virtud del botín con el que se alzaron los ladrones: esta vez se llevaron nada más y nada menos que cerca de dos millones y medio de pesos, entre moneda nacional y extranjera.El episodio, uno más entre tantos que ya se llevan registrados en la capital provincial, lo sufrió ahora la presidenta de una conocida empresa constructora, de 86 años, quien fue engañada por un solitario malviviente que se hizo pasar por amigo de su nieta para quedarse con el suculento botín.Según pudo saber PRIMERA EDICIÓN, al cierre de esta edición un importante número de efectivos policiales de la comisaría seccional Primera, de la Unidad Regional I, de la Dirección Investigaciones y Delitos Complejos e incluso de la Secretaría de Apoyo para Investigaciones Complejos (Saic) del Poder Judicial trabajaban en busca de datos que permitan llegar a ese malviviente y, en fin, a la banda. Es que los detectives sospechan de una estructura mayor detrás del golpe.Entró en confianzaLas fuentes le informaron a este medio que el episodio se conoció alrededor de las 11.30 de ayer, cuando la víctima se presentó en la Primera posadeña para radicar la correspondiente denuncia.En ese documento, la mujer narró en detalle cómo sucedió todo. Al parecer, contó que desde hace varios días se encontraba de recorrida por inmobiliarias posadeñas con la intención de adquirir una propiedad para su nieta. Eso explicaría el porqué de la presencia del dinero en efectivo en su vivienda.La denunciante relató entonces que ayer después de las 11 arribó a su vivienda de calle Roque González un joven bien vestido, con maletín y, en síntesis, “buena presencia”, quien aseguró ser amigo de la nieta.Bajo diversos pretextos, el sospechoso se ganó la confianza de la dueña de casa. Fue después de algunos minutos de charla que el susodicho le expresó sus “verdaderas” intenciones: había llegado al lugar para hacerle un “favor”, cambiarle algunos billetes que estaban a punto de salir de circulación por otros de los “buenos”.La mujer no sospechó nada extraño. Había creído “el cuento del tío” y suponía que, ciertamente, se trataba de una persona de confianza. Así fue como le entregó alrededor de 200 mil pesos y 120 mil dólares estadounidenses, cifra que, al cambio actual, arrojó un total de aproximadamente 2.400.000 pesos en moneda nacional.El recién venido tomó el dinero y se fue. Y contrario a sus promesas, jamás regresó. Con el transcurrir del tiempo la dueña de casa entendió cuál había sido la situación y desesperada corrió hasta la Primera para radicar la denuncia.Anoche el trabajo investigativo no cesaba. Los detectives intentaban establecer si existió algún “entregador” que le brindó información a los ladrones sobre el efectivo que manejaba la víctima. Al respecto, el magistrado Carlos Giménez, al frente del Juzgado de Instrucción 7 de la capital provincial, ordenó una serie de medidas en busca de resultados.





Discussion about this post