POSADAS. El exjefe de la Unidad Regional IV, comisario Aníbal Bernal, abrió ayer la cuarta jornada de debate oral en la que está siendo juzgada la denominada banda de “narcopolicías”, que habría sustraído más de 900 kilogramos de marihuana que permanecían bajo custodia de la seccional Primera de Puerto Rico en el año 2012.Bernal aseguró que el resguardo de la droga (poco más de cuatro toneladas secuestradas por la Policía de Misiones, en marzo de 2012 en Ackermann, Capioví), le correspondía a la comisaría mencionada y fue destinada la oficina de Sala de Armas como depósito, al que sólo se podía ingresar con una sola llave, responsabilidad del jefe de la seccional, Sergio Inocencio Esquivel. El ex jefe de la UR IV sostuvo también que los ascensos dentro de la estructura de la Policía se logran “por compulsa de antecedentes”, no por promesas “de los jefes de unidades regionales”.De esta manera, se desligó de la versión que brindó Miguel Dionisio Rojas, oficial detenido por Prefectura con 100 kilos de la droga, durante la madrugada del lunes 3 de septiembre de 2012 dentro de su vehículo en un yerbal de Puerto Leoni, quien declaró -durante la primera jornada del juicio- haber sido víctima de una de una “cama” tendida Bernal, que consistió en la promesa de asumir la jefatura de la brigada de Investigaciones de Puerto Rico si lograba dar un golpe grande, como detener a un dealer, haciéndose pasar por proveedor.Bernal insistió en que la droga no podía permanecer por mucho tiempo en la comisaría Primera porque no reunía las condiciones: “El olor era insalubre, invadía los pasillos y causaba malestar a los demás policías”. En cuanto a la seguridad del lugar elegido para el resguardo del estupefaciente, resaltó que la oficina escogida podía “ser vista desde la mesa de entradas de la comisaría”, y que se cerraba con una sola llave “y le dije al comisario Esquivel que se haga cargo”. También describió que, la disposición de la carga en la sala de armas, correspondía a “ladrillos de marihuana sueltos y apilados hasta el techo”.En cuanto a quién o quiénes debían vigilar la marihuana, Bernal manifestó que correspondía al personal de la comisaría. “No sabía si se controlaba abriendo la puerta de la Sala de Armas (…) Y si la sala era abierta, debía dejarse sentado en el libro de guardia el movimiento”.DaterosBernal fué preguntado sobre si existió algún tipo de trabajo de inteligencia previo a la detención del oficial Miguel Rojas, que apuntaba a la captura de un narcotraficante. La negativa fue directa: “No sabía de ningún trabajo de inteligencia o la colaboración de dateros (…) Si hubiese existido, debía saberlo”.Y respecto a cómo se definían los ascensos en la Policía, reiteró: “Los movimientos o traslados corresponden a la Jefatura de Policía y a la Dirección de Personal, no a los jefes de las unidades regionales”.Además de Sergio Esquivel y Miguel Rojas, el Tribunal Federal de Posadas juzga al albañil Diego Rojas y a los policías Oscar Merlos, Pedro Betancur y Aníbal Benítez y el subcomisario Milcíades Benítez. De los seis policías involucrados, Esquivel y Benítez están acusados de “incumplimiento de deberes de funcionario público”. Los cuatro restantes como “coautores de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización, doblemente agravado por realizarlo de manera organizada y por ser funcionarios públicos”.




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