Luego de que se encontraran 16 bolsas con restos humanos en la localidad bonaerense de Pilar, y que la Justicia determinara que el imputado e hijo de las víctimas compró un hacha y un machete, la abogada de Leandro Acosta reveló otro dato estremecedor. Aseguró que hubo canibalismo y que el joven sintió “algo orgásmico” tras el parricidio.“Me dijo que se comió un pedacito”, reveló la abogada de Leandro Acosta, Mónica Chirivin, en declaraciones al canal de noticias C5N.Sobre las causas del crimen, Chirivin contó que había “odio, traumas y rencores desde la infancia” y que a la vez el joven padece un trastorno de personalidad.Consultada sobre la reacción del joven tras el homicidio, la abogada reveló que “fue algo orgásmico” y que al contarlo “en ningún momento lloró, ni se angustió”.Además, contó que el imputado “se enojó muchísimo” cuando su hermanastra y pareja, Karen Klein, declaró ante la Justicia que había sido Leandro Acosta el autor del doble crimen de Pilar.“Siempre está vulnerable, su autoestima es baja y siente que lo estigmatizan”, dijo la letrada.Según reveló Leandro Acosta a su abogada, Karen Klein “estaba muy contenta, conforme y tranquila” tras matar e incendiar a sus padres. “Habla de una pareja especial”, opinó Mónica Chirivin.Las declaraciones se realizaron luego del peritaje oficial que se llevó a cabo en la Justicia, donde se analizaron las bolsas con los restos humanos.“Tiene medicación psiquiátrica”La abogada del joven acusado del parricidio en Pilar aseguró que Leandro Acosta está tomando “medicación psiquiátrica” desde antes del crimen ya que padece un cuadro de salud “muy fuerte”. “Es un chico que no tiene fuerza, le cuesta hasta desplazarse. Desde los diez años tiene un problema en el colon y padece cuadros extraños, como caída de pelo por nervios”, contó la letrada en declaraciones televisivas.Cabe recordar que las bolsas fueron halladas en un descampado ubicado a ocho cuadras de la casa donde se cometieron los homicidios de Ricardo Ignacio Klein (54) y su concubina Miryam Esther Kowalczuk (52). Los expertos analizarán esos restos óseos para determinar científicamente si son humanos y si hay alguna forma de lograr su identificación a través de un examen de ADN u odontológico, si se llega a encontrar alguna pieza dental.Además, hay una pelvis y un trozo de lo que sería una columna vertebral femenina que fueron encontrados parcialmente calcinados en un tacho de pintura en la terraza de la casa, que también serán analizados a fondo por los expertos para ver si son de Kowalczuk como se presume.El fiscal general adjunto de San Isidro, a cargo de la causa, Marcelo Vaiani, ya tiene acreditado por el trabajo de la Policía Científica que hay rastros de sangre y evidencias balísticas en la casa de la calle Sarratea 2726 de Manuel Alberti.Según la versión que la otra imputada de la causa, Karen Daniela Klein (22), mencionó ante el fiscal cuando declaró en indagatoria, el autor de los homicidios fue su hermanastro y pareja y ella colaboró con la limpieza y no lo denunció porque estaba amenazada.Siempre según esa declaración, el crimen ocurrió alrededor de las 8.30 del 2 de septiembre pasado, cuando los mellizos de once años hijos de las víctimas y hermanastros de los imputados no estaban en la casa porque Kowalczuk los había llevado al colegio. La joven le contó a Vaiani que se despertó con un estruendo, que luego se dio cuenta fue el balazo con el que Acosta ejecutó a Klein mientras dormía, y cuando fue a ver lo que sucedía vio que su madrastra llegaba a la casa y que su pareja le disparaba en la cabeza, para luego rematarla con otros dos tiros en el piso. En la casa se secuestraron 8.000 dólares que se creen pertenecían a las víctimas, una pistola calibre 9 milímetros que sería el arma homicida, una escopeta, un machete, tres hachas, dos palas y una horquilla. La principal hipótesis del fiscal Vaiani es que se trató de un crimen motivado por el odio que los imputados le tenían a sus padres y que lo hicieron para quedarse con las propiedades.





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