“Pensar el tiempo es buscar huellas, dejar huellas, encontrarlas en uno mismo y en los otros”, dice Manson, preciso y lúcido, figura indiscutible para observar con una mirada nueva algunos de los acontecimientos históricos latinoamericanos más trascendentales.Para el historiador situado en la corriente histórica que se “teje” en los bordes, en los desvíos y fuera de los dogmas sagrados, la historia es bastante “barroca”. Tiene varios planos. “En algunos hemos sido felices, en otros fuimos sujetos de la tragedia, pero hay que convencerse de una cosa”, dice el discípulo José María Rosa, uno de los historiadores más representativos del revisionismo histórico en este país. “La historia no es algo del pasado. Sino que empezó antes y sigue. Si hubo algo que empezó antes y ahora ya no existe más, no es verdadera historia. Para hacer entender este concepto yo suelo comparar la llegada de los vikingos a las tierras del Norte en el año 1.000 y la de Colón a América Insular en 1492. Más allá de que los indigenistas se enojen, gracias a la llegada de Colón tenemos esta cultura, que no es mejor ni peor, es nuestra. Nosotros somos consecuencia de esa historia y estamos construyendo el futuro. El hecho de que los Vikingos tocaron estas tierras y se fueron, no es histórico, sino que es casi una anécdota. Si la historia fuera pasado y sólo estuviéramos mirando lo que pasó, seriamos unos nostálgicos lamentables porque estaríamos viviendo en una ensoñación”, aseveró crítico. (Lea la entrevista completa en la edición papel del 20 de septiembre)





Discussion about this post