La fuerza de voluntad se define como la capacidad para dirigir y controlar las acciones propias. Algunos señalan que esa fuerza nace exclusivamente de la libre determinación de cada persona. Sin embargo, para el psicoanálisis, los pensamientos y los actos están determinados por una fuerza que no es la de la voluntad, sino la del inconsciente.Ese descubrimiento permitió explicar por ejemplo los “lapsus linguae”, episodios en los que una persona quiere decir algo, pero “sin querer”, dice otra cosa. También el inconsciente es el responsable de los llamados “actos fallidos”: la persona se propone conscientemente hacer algo, pero termina realizando una acción muy diferente. Lo vemos todos los días en la vida cotidiana. Alguien que quiere llegar temprano a su cita, pero “sin querer” se retrasa o nunca llega. Entonces, la voluntad no es una fuerza, sino la expresión de un deseo inconsciente. Solo cuando una persona es consecuente con su deseo, acude la voluntad. Si no es así, esa “voluntad le traiciona”. Fuente: <a href="http://lamenteesmaravillosa.com/">http://lamenteesmaravillosa.com/</a>




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