“Vine con mis seis hijos más chicos. No tengo donde ir, cobro el plan madre de siete hijos y me arreglo con eso. Mis hijos van a la escuela. Sólo quiero un lugar donde vivir tranquila”, confesó a PRIMERA EDICIÓN María (40) madre de nueve hijos, quien aseguró haberse instalado en el lugar “escapando de la violencia de mi marido”.La situación de las familias ocupantes es de absoluta precariedad. La mayoría son numerosas, con niños pequeños a cargo, llevados por sus madres a habitar terrenos desolados sin comprender mucho lo que ocurre. Sin agua y energía eléctrica, soportan la falta de esos servicios básicos con el fin de tener un lugar donde asentarse. “El viernes vino la Policía y nos reunió a todos y nos dijo que teníamos una hora para irnos, pero nadie se fue”, fue el testimonio de Patricia, otra de las jefas de hogar que tomó la determinación de ocupar la tierra, algo que para funcionarios municipales es otro caso de “intrusión organizada”LEA LA NOTA COMPLETA EN LA EDICIÓN DE PAPEL DEL DOMINGO 13 DE SEPTIEMBRE





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