Su función es la de retener agua, aportando hidratación y volumen. Con el proceso de envejecimiento esta sustancia se degrada y el organismo disminuye su capacidad de reponerla. El resultado es la pérdida de volumen, contorno y la aparición de arrugas estáticas que dan al rostro una apariencia envejecida y cansada, es decir, las arrugas que se ven aún cuando el rostro está en reposo, sin gesticular. La pérdida del efecto es gradual y la duración es en promedio de 9 meses a 1 año.Fuente: Dra. Florencia Rusnok Médica Especialista en Estética y Anti Age. En Buenos Aires Cel 0111567973853





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