Solo en esta ciudad existirían cerca de 4.000 personas con esquizofrenia y no hay ningún centro que se encargue de los tratamientos terapéuticos que serían beneficiosos tanto para ellos como para sus familias. En agosto de 2016, la Fundación Camino de las Misiones pidió al área de Discapacidad del Ministerio de Salud Pública la habilitación de un Centro de Día en el cual se podrían tratar enfermedades mentales graves. Alberto Pech, licenciado en Psicología, contó a PRIMERA EDICIÓN que también tramitaron una habilitación al Colegio de Médicos. Actualmente están completando los requisitos para que en una instancia posterior, el permiso aprobado sea presentado nuevamente ante la Junta Evaluadora, de la Comisión de Discapacidad. El licenciado contó que a fines de 2015 empezaron a trabajar para poner en condiciones edilicias la Fundación Camino de las Misiones, ubicada en calle Colombres 3811 de Posadas.Actualmente hay un grupo de unos 30 padres con hijos que padecen trastornos mentales graves que se reúnen de forma periódica. Han salido a contar a varios medios locales sobre la imperiosa necesidad de que se habilite ese centro. 4.000 esquizofrénicos en PosadasEn base a un cálculo estadístico, Pech indicó que solo en Posadas habría alrededor de 4.000 personas con trastornos esquizofrénicos. “Esta es una de las enfermedades mentales más graves que existen. A medida que pasa el tiempo se produce un deterioro cognitivo, la persona va perdiendo funciones psíquicas. Con cada brote se pierden las capacidades simples y ya no es posible recuperarlas. Los medicamentos han servido de mucho para frenar esos episodios, pero sin la psicoterapia o el acompañamiento terapéutico que puede brindar un Centro de Día, el paciente y la familia no pueden aspirar a una mejor calidad de vida”. Rehabilitación psicosocialEl profesional puntualizó que la función más fuerte del Centro de Día es la rehabilitación psicosocial del que padece el trastorno mental grave, algo que el Hospital Carrillo no está en condiciones de ofrecer. “Cuando este lugar esté habilitado se podrá trabajar con cuestiones psico-cognitivas de vínculos interpersonales. Se arranca con la integración de la persona a un grupo pequeño, salidas breves y otras actividades que van en aumento a medida que el paciente progresa en la reinserción social. Eso cambia la calidad de vida del enfermo como así también de toda la familia. Esa persona va a poder empezar a tener una rutina: desayunar, vestirse por sus propios medios, higienizarse solo, y hasta usar el transporte público. En ese caso podrá asistir al Centro de Día, volver a su casa, almorzar, descansar y a la tarde volver para desarrollar otra actividad. Si no está ordenado por un tratamiento y un sistema de apoyo proporcionado por psiquiatras, psicólogos, acompañantes terapéuticos, trabajadores sociales, musicoterapeutas y terapistas ocupacionales, la vida de un paciente esquizofrénico nada tiene que ver con esa rutina, porque tienden a vivir encerrados”, explicó. “Tenemos la habilitación municipal, y ahora esperamos que el Colegio de Médicos y la Junta Evaluadora nos den el visto bueno para que accedamos a la categorización como Centro de Día. Este trámite servirá para que la institución figure en el Registro Nacional de Prestadores de Discapacidad. De esta manera, a través de las obras sociales vamos a poder cobrar por el servicio de atención. Sin esta categorización no podemos funcionar si no tenemos movimiento de fondos”.Al problema de recursos se suma el tiempo como otra de las complicaciones que tienen para comenzar a trabajar. “La dificultad que tenemos ahora es que los requisitos que nos exigieron para la habilitación municipal están por vencer. Tendremos que realizar otra vez los trámites con el consecuente costo que eso implica”. Para subsanar este inconveniente, Pech citó como ejemplo que en Buenos Aires, cuando se pide una habilitación similar, los evaluadores concurren al lugar y en caso que tenga una situación simple para ajustar, se les otorga un plazo para que lo solucionen y se les da una habilitación provisoria. Opinó finalmente que sobre la discapacidad aún hay mucho por concientizar, porque de fondo hay una cuestión cultural negativa muy fuerte. “No hay respeto a las personas con discapacidad, eso se percibe cuando los automovilistas bloquean el acceso a las rampas. Dentro de esa franja poblacional, los discapacitados mentales están en la última posición. La sociedad debe reflexionar que nos pasa frente a la discapacidad. Cómo puede ser que aún haya tan pocas oportunidades y trabas para que una persona con una discapacidad mental severa mejore su calidad de vida”, cerró.





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