Gloria Villar, una de las madres que lleva muchos años viviendo en el lugar, comentó que necesitan una solución "para todos los vecinos y no hablo solo por mí porque todos tenemos muchos chicos y estamos olvidados acá. Cuando llueve nos inundamos, aparecen muchas serpientes y es un riesgo. Nos prometen y no cumplen. Pido por el derecho de todos mis vecinos, necesitamos casas para nuestras familias porque todos estamos en la misma incertidumbre e inestabilidad".Otra de las vecinas, que hace cinco años que está en el barrio, dijo que todos quieren que "arreglen nuestra situación, que nos digan qué va a pasar con los terrenos y si no es éste, que nos den un lugar propio para educar a nuestros hijos".Además señaló que tanto ella como muchas familias no quieren "hacer el baño de nuestra casa por si después nos quieren a sacar de acá. Estamos con el Jesús en la boca todo el tiempo y no tenemos plata para alquilar. Yo tengo varios hijos que mantener y no nos sobra, lo que ganamos es para invertir en la casa, y hace años que esperamos"."El intendente nos mintió"La mayoría de los vecinos posee una documentación que les entregaron en el 2015 donde quedó asentado que serían adjudicatarios de viviendas. Pero hasta ahora nadie se hizo cargo.En el barrio están delimitadas las manzanas y el número de casa. "Todas las familias estamos en la misma situación desde 2015 cuando nos prometieron las viviendas, que finalmente entregaron a otra gente que no tiene nada que ver con nosotros", manifestó Gloria Villar.Cuando asumió el intendente Daniel Luna (FR) habló con las familias para decirles que se quedaran tranquilos porque los que tenían los papeles estaban cubiertos; "pero hasta ahora nunca se preocupó por nosotros, ni pisó el barrio", lamentaron las mujeres, quienes consideran que el municipio entrega viviendas "a los acomodados, a los que militan para el partido del intendente".Un barrio olvidado y maltratadoHumberto Ariste es un jubilado de 66 años que trabajó toda su vida. Hace unos años quedó viudo y siente que después de tanto esfuerzo aún no puede estar tranquilo porque si lo sacan de ese lote no tiene adonde ir.Hace 16 años vive en el barrio Niño Perdido. "Todos tenemos familias numerosas y necesitamos una vivienda digna. Como dijo una de las mujeres, parece que estamos olvidados por los gobernantes. Nos mienten aún sabiendo nuestras necesidades, por ejemplo con la luz porque acá estamos todos enganchados y cada dos por tres se nos queman los artefactos. Estoy acá desde el 2001 y no puedo adelantar con las mejoras de mi casa; una de mis hijas también necesita una vivienda".Don Humberto pide que entiendan su sufrimiento constante por esa situación. "Tenemos que aguantar porque no tenemos otro lugar donde vivir con nuestros hijos, uno piensa que a esta altura ya merece tener una vejez tranquila, sin sobresaltos", reflexiona.El diputado Martín Sereno recorrió el barrio y habló con sus vecinos, y comentó que "este no se trata solo de un barrio perdido, sino también olvidado y maltratado. Así se siente la gente".





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