El talento y la sencillez compiten en las manos de Marcelo Ferreira en cada trozo de madera que toma, dando resultado objetos de los más variados, que van desde muebles a pequeños adornos, únicos, bellos e irrepetibles, muchos de los cuales expondrá, junto a obras de grandes artistas que se sumaron a su propuesta, hasta fin de mes, en la que se convirtió en su 10ª Muestra de Piezas Exóticas en Madera Nativa, que como es ya una costumbre, llevará a cabo en su domicilio, en el lote 76, en el barrio El Porvenir de la capital misionera.Las circunstancias de la vida lo condujeron a vivir en este rincón posadeño hace poco más de una década, desde entonces se dedicó a “cultivar”, en el sentido más amplio de la palabra, su espacio, el que descubrió como “su lugar en el mundo”, donde plantó una gran variedad de árboles y arbustos nativos, con cubiertas anuales como maní y cúrcuma, que utiliza para consumo propio, creando un jardín que parece poseer la magia de los cuentos y que invita a sentarse en los bancos artesanales que ubicó en él e inundarse de su oxígeno.Es que para Ferreira, “la base de todo es el respeto al árbol, a partir de allí a la madera y sus formas. Como junto madera de la calle, las formas son raras, más en la ciudad, que tienen curvaturas, deformaciones, alambres, clavos, que hacen que crezca con distintas particularidades, entonces me baso en ellas, por eso, dependiendo de qué voy a hacer, busco cuál cumple esas cualidades y la ayudo un cachito para que me acompañe en la pieza que voy a realizar”, confió a PRIMERA EDICIÓN. Una vida dedicada al arte“Hace más de veinte años trabajo la madera, quizá 25, participé de varias muestras, en Córdoba, Rosario, Buenos Aires, invertí tiempo, energía, dinero; hasta que llegué a vivir en este lugar, amplio, donde tengo la posibilidad de tener mis propios árboles, y en un momento dije ‘toda lo que debo disponer para viajar, comer, dormir, hacer frente a los costos de los espacios, como me gusta trabajar cosas pesadas, los fletes eran importantes, la invierto en mi patio, en la casa, en hacer una muestra que sirva y, en lugar de ir yo, tratar de traer a la gente’; obviamente en los primeros años tuve poca concurrencia, pero como tuve constancia el público se fue sumando y hoy por hoy puedo decir que las mejores ventas de mi vida las hice en estos encuentros, en mi casa”, añadió el artista.Y el acompañamiento, en este décimo año se refleja también en la cantidad de invitados que dijeron sí a su propuesta, entre ellos Luján de Olivera (cerámica), Sergio Ortíz (tinta chica), Andrés Mayol (cuchillería), Romina Valeria González (mates), entre otros.Además, como las características de la propiedad lo permiten, dictan talleres de los más variados, “pasamos de las artesanías a masaje tailandés, sin dejar de lado cuestiones como el reconocimiento de plantas comestibles, jugos verdes y demás, apuntando un poco a esta tan linda movida de la comida macrobiótica, siempre junto a especialistas en las distintas temáticas”, resaltó el artesano.“Prácticamente no salgo más, este lugar lo elegí y a partir de ahí es que me pude explayar, desenvolver más libremente e invito a quienes quieran disfrutar de este pequeño paraíso a acercarse”, finalizó Ferreira.ContactoMarcelo Ferreira puso a disposición del público su página de Facebook, donde en su biografía está publicado un mapa para llegar sin inconvenientes, y su número de celular, (0376) 154685625, para quienes deseen contactarse.Fotos: J.C. Marchak




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