Hoy celebramos un año más de la independencia de nuestra Nación, de la decisión de consolidar una nación libre e independiente. Y porque somos independientes y libres, somos también responsables.La independencia y la libertad conllevan el costo de la responsabilidad, un camino que exige madurez y demanda crecimiento.Este camino emprendido por nuestros próceres hace más de 200 años debemos continuarlo caminando y construyéndolo cada uno de nosotros, cada día, con actos soberanos.Nuestra historia común nos proporciona el punto de partida para emprender este camino el que nos guiará a constituir una verdadera comunidad, en tanto “común unidad”, construida a partir de la diversidad.Esto requiere poner en práctica los ideales y valores comunes y el buen manejo de nuestras diferencias para aprovecharlas de manera tal que nos hagan crecer en lugar de detenernos.Entiendo que este es el mayor desafío: que estos valores e ideales no se reduzcan a este fin de semana y podamos plasmarlos en el actuar cotidiano durante todo el año.Habitar este maravilloso suelo Argentino nos permite ejercer los derechos que nos asegura la Constitución Nacional, marcándonos el rumbo en su noble objetivo: constituir la unión nacional, afianzar la justicia y consolidar la paz interior.Teniendo este objetivo planteado es momento de emprender acciones comunes desde la conciencia que cada uno de nosotros como seres humanos poseemos. Que esta madurez nos permita transformarnos de habitantes en ciudadanos para comprometernos con una participación constante.Más allá del voto y la participación ciudadana en los diferentes espacios que el estado nos permite, existe una dimensión personal, íntima, cuya coherencia se exige con lo que pretendemos de esta sociedad de la que somos parte.Respecto a las cuestiones con las que no estamos de acuerdo, pensemos, en lo personal y desde un espacio de construcción, qué podemos hacer para cambiarlas, dejemos este papel de víctimas de una confabulación superior o conspiración en nuestra contra como si no tuviéramos responsabilidad alguna.Todos disfrutamos de los derechos que nuestra Constitución Nacional nos asegura aunque parece que nos olvidáramos de la obligaciones que de ese mismo texto surgen. El primer cambio debe surgir en nuestro interior, en la conciencia de hacer con sabiduría, solidaridad y espíritu cívico cada acción que la comunidad nos exige, ya sea con nuestro vecino, en el barrio, en nuestra ciudad y ante nuestra Nación. No podemos seguir reclamando si no estamos dispuestos a participar con coraje, tenemos en nuestras manos el destino de lo que seremos.El buen manejo de las diferencias es un compromiso para comenzar a transformar esta Argentina que queremos, para vivir con alegría, sin exclusiones, con tolerancia y en paz.ColaboraValeria [email protected] 3764510132





Discussion about this post