Como contrapartida el conjunto marplatense consiguió un punto que no hace más que afianzar su notoria levantada. El inicio del partido mostró a un Independiente con mayor vocación ofensiva que el cauteloso elenco de Walter Perazzo, que parecía conformarse con el empate, en contraposición a un "Rey de Copas" necesitado de los tres puntos para seguir soñando en grande. A diferencia de la era de Darío Franco, el local no regalaba espacios pero atacaba esporádicamente y, entonado por la resonante victoria conseguida en el "Nuevo Gasómetro" el fin de semana pasado, cambió radicalmente su estrategia resignando audacia pero protegiendo mucho mejor su retaguardia. Los siete partidos seguidos en los que Aldosivi fue derrotado, impulsaron a su nuevo orientador estratégico a modificar la audaz postura de otrora mutando a una mucho más defensiva, táctica que complicó a Independiente, que en toda la primera mitad casi no resultó capaz de colocar a un hombre mano a mano con Vega.Salvo por un aislado cabezazo de Gigliotti que el arquero local contuvo sin demasiado esfuerzo a los 3 minutos. Un Independiente que suele complicarse cuando no dispone de espacios se obnubiló al no poder ensayar en todo el cotejo su peligrosa táctica contragolpeadora ante un adversario que por momentos defendió con sus diez jugadores de campo. Pese a ello y en una jugada completamente fuera de contexto, Miracco estrelló en el travesaño un cabezazo bombeado a los 7 minutos del complemento ante la atónita mirada de Campaña, aproximación local que ofició como una especie de oasis en medio de un dominio "rojo" tan abrumador como improductivo. Apenas una media vuelta del voluntarioso Gigliotti que pasó muy cerca del palo izquierdo marplatense a los 33 minutos, puede consignarse como la única llegada de real peligro del complemento a favor del cuadro de Avellaneda. Ausente Rigoni, carentes de peso Benítez, Barco y Meza y Gigliotti dejando en palmaria exposición su proverbial carencia de recursos técnicos a la hora de pivotear, el "Diablo" inclinó la cancha hacia el arco del anfitrión pero debió claudicar invariablemente ante la expeditiva zaga local, comandada por el resolutivo Galván, quien se encargó de abortar las confusas incursiones ofensivas de un rival con ansías de triunfo pero al que no se le "cayó una idea" en los noventa minutos.Al fin y al cabo, justo premio para un dueño de casa que pareció despertar a tiempo de un letargo que lo había sumido en un tobogán que aparentaba ser interminable ante un Independiente que solo puede festejar la continuidad del invicto de Holan en catorce partidos oficiales, logro un tanto desteñido de acuerdo a las expectativas que habían generado sus últimas promisorias actuaciones. Fuente: Agencia de Noticias NA





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