“Estoy feliz”, confiesa Patricia Cristina Copello al mencionar que está en pleno proceso jubilatorio. Después de tantos años de dedicarse a su profesión como kinesióloga, ahora puede dedicarse a su pasión como tejedora. Desde pequeña tejía al lado de su abuela, pero -si bien no dejó nunca las agujas- solo hacía para su casa o algunos abrigos para sus hijos. “Comencé a full como terapia para salir de la depresión porque no es lo mismo separarse de joven, que ya grande. Un día mi hija me dijo: ‘acá tenés que ir mamá’, y me contacto con la gente de Hecho en Misiones. Eso me cambió la vida, me sacó de la depresión, conocí gente de mi edad, hicimos viajes al interior, fue un cambio muy bueno y también de paso ganaba un dinerillo extra”. Desde 2010 Patricia sumó una actividad a sus días como profesional de la salud. Creó una marca: “Tejiendo con mis manos”, y poco a poco fue incorporando prendas a lo que tradicionalmente hacía, principalmente manteles y cortinas.Hoy, ya con todo el tiempo para su emprendimiento, la tejedora tiene el puesto 3 en el Paseo Bosetti donde está de miércoles a sábado y los domingos en la costanera. Teje prendas de vestir en dos agujas, crochet y telar; e innovando siempre ahora teje atrapasueños, decora frascos y hace abrigos para niños. “Tengo todo el tiempo ocupado, no me aburro y soy feliz ahora como casi jubilada. Les recomiendo a todas buscar algo que les guste así no se sienten tristes al dejar el trabajo que realizaron durante tantos años”, sugiere con alegría. Además cuenta que también se sumó al grupo de Ajupapprom donde toma clases de folclore y de yoga dos veces por semana. En esta última actividad se sumó para mantenerse flexible y tener una buena postura, cuidando la columna, algo que recomienda hacer a todas para estar siempre bien. Por Whatsapp pueden comunicarse al 3764 690452.





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