Las condiciones en las que sobreviven son paupérrimas, es un galpón viejo,de techo alisado muy alto, con tejas rotas y muchas goteras. Lo único que tienen como pertenencia es una pequeña cocinita a gas, dos camas y algunos colchones viejos que ponen en el piso para dormir, un lugar donde reina la humedad y el frío penetra por todos lados. No tienen mesas, sillas, ni siquiera un armario, o un estante para poner la ropa que amontonan en el piso. "Es angustiante comprobar que en esta provincia tan fértil, haya personas que vivan de esa manera. Son tres familias, en una de ellas, un abuelo, Norberto, tiene a cargo tres chicos de 12, 13 y 14 años. También están otras dos hijas con sus hijos pequeños y entre todos totalizan trece chicos, todos viviendo en un galpón que les prestaron porque no tenían adonde ir", contó tras su visita al lugar el diputado provincial Martín Sereno."Estuvimos con ellos un día de lluvia y los chicos estaban sobre los pisos mojados, sin ningún tipo de calefacción, donde estas familias viven hacinadas", indicó Sereno.IndocumentadosEn el galpón hay bebés lactantes y chicos que concurren a la escuela. "No tienen ninguna asistencia municipal, y hay muchos reclamos porque en el CAPS no les entregan la leche", advirtió Sereno.La zona es muy oscura y los vecinos reclaman iluminación. Dentro de las problemáticas que detectó el Pays, hay muchos jóvenes que hacen changas durante el día, y también algunos adultos que desean terminar sus estudios secundarios; pero la única escuela nocturna está en el pueblo, y no hay colectivo que regrese del centro después de las 22.00, horario en que terminan las clases.Además, el diputado y su equipo comprobaron que hay familias que carecen de documentos; madres que no cobran la Asignación Universal por Hijo por falta de DNI. "Es decir, un montón de problemáticas que hablan de la desatención que existe desde el Municipio, nunca se acercó personal de algún organismo estatal y hay necesidades básicas en todo el barrio".Uno de los padres de familia, con una moto guadaña sale a cortar el pasto en las viviendas de la zona urbana, para generar un pequeño ingreso que permita mantener a los chicos.Situación desesperanteEl legislador se comunicó con el Ministerio de Derechos Humanos, para que articulen con los organismos que corresponde para brindarle atención a estas familias. "Creo que se requiere un abordaje integral tanto de Desarrollo Social de la provincia, como de Acción Social del Municipio, quienes deben acercarse al barrio y empezar a solucionar por lo menos lo urgente que es el hábitat de esos niños, de esas familias que viven en ese galpón, y después implementar las mejoras barriales que hacen falta en el Kilómetro 1. En principio comunicamos a la ministra de Derechos Humanos, la desesperante situación, y comprometieron gestión urgente".Antes de instalarse en ese galpón, las familias vivían en la chacra; pero por problemas de distancia, de enfermedad y de falta de acceso a los servicios básicos, optaron por acercarse al pueblo. Anduvieron deambulando un tiempo hasta que hace tres meses les prestaron ese galpón para vivir."Acá hace tiempo que no viene nadie de Acción Social, ni de Salud Pública. En la chacra vivíamos mal; pero creo que acá estamos peor", expresó Olga García, una de las madres, que tiene a sus hijos indocumentados de 2, 3 y 5 años. Manifestó que necesitan camas, colchones, mesa, sillas, un inodoro, poder arreglar las tejas del techo, mercaderías, ropas y zapatillas para los chicos.Con pesar expresó que sus hijos no tienen documentos. Cuenta que inició los trámites en el Registro de las Personas de Esperanza; pero después no pudo avanzar. Para otro de sus hijos tramitó el DNI en Eldorado, con el papel rosado que le dieron cuando nació, "pero me dicen que para entregarme la partida de nacimiento tengo que pagar y por ahora eso es imposible", lamenta.María, otra de las madres, tiene cinco hijos en edad escolar y no cobra la AUH, porque al no presentar los papeles de escolaridad y salud, la Anses le suspendió el beneficio. Ahora esperan, con las otras mujeres del barrio, poder organizar el merendero que les garantice algún alimento nutritivo a sus hijos.





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