El doble crimen del barrio Tacurú continúa marcado por la oscuridad mafiosa, sostenida por el único prófugo de la instrucción de la causa. Carlos Rojas, el presunto “autor y cerebro” de la masacre a balazos de Sebastian Vega y Rodrigo Ibarra durante la madrugada del 17 de diciembre de 2015.A un año del hecho, dos hombres siguen tras las rejas imputados por orden del juez de Instrucción 3, Fernando Luis Verón. El posadeño Martín Vedoya y el paraguayo Luis Morínigo están bajo prisión preventiva por “homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas y criminis causae, calificado por la utilización de arma de fuego”.Vedoya fue detenido como planificador del homicidio de Vega e Ibarra sufrió las mismas consecuencias por haber estado en el momento menos indicado, que no figuraba en las macabras intenciones, pero que tampoco importaría matarlo si estaba presente.Pero ambos imputados, habrían actuado bajo las órdenes de Carlos Rojas, alias “El Negro”, paraguayo nacido en Ciudad del Este, y donde se sospecha se esconde amparado por su peligrosidad.De los datos surgidos por la investigación, Rojas y Morínigo, habrían sido los que redujeron a las víctimas y luego las acribillaron dentro de un Chevrolet Agile, en la chacra 97 de Posadas.Los motivos, tal como confiaron la fuentes a PRIMERA EDICIÓN, son inobjetables, parte de la banda narco estaban seguros de que Vega los delató ante Gendarmería, que incautó dentro de un camión cisterna un cargamento de droga en Gobernador Virasoro, en el operativo “Cisterna verde”.La pérdida de más de cinco toneladas de marihuana, que les iba a dar una potencial ganancia de cien millones de pesos, era algo que los delincuentes no estaban dispuestos a perdonar. Los datos de los investigadores y la secuencia hilvanada de manera previa y posterior al doble crimen, coinciden en que Vega fue acribillado a tiros en venganza porque horas antes habría filtrado la información a la fuerza federal de un envío de marihuana que, finalmente, fue decomisado por esa fuerza de seguridad en la localidad correntina de Gobernador Virasoro.Desde ese momento su cabeza tuvo un alto valor. El destino quiso que Rodrigo Ibarra, su amigo, estuviera en el lugar y momento equivocados. Pagó con su vida esta circunstancia.Todo planeadoEl doble homicidio fue planificado al detalle por el cabecilla de la organización, “El Negro” Rojas, que contó con un entregador y sicarios que apretaron el gatillo y tres integrantes de una familia que llevaron a los asesinos a encontrarse con las víctimas y con posterioridad, ayudaron a uno de ellos a escapar a Paraguay.Rojas, de 45 años y un documento que le permite moverse con nombre falso, es el único que permanece prófugo de la Justicia por su vinculación con las dos ejecuciones, aunque sobre él pesa un pedido de captura internacional.





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