Suelo intervenir en conflictos en diferentes contextos, ya sea en el ámbito familiar, en un conflicto vecinal o en una empresa. En este domingo especial, quisiera reflexionar respecto a que, la mayoría de las veces, la paz viene de la mano de las mamás. Ellas siempre confían que una salida negociada es posible, aún en las malas, cuando la mayoría pierde la esperanza y la fuerza, las mamás siguen intentando.Es enorme el potencial y la fuerza que impulsa a las mujeres, sobre todo cuando se trata de mejorar las condiciones, ya sean del hogar, el barrio y hasta de un territorio en guerra, para mutar hacia la paz.Trabajan denodadamente para lograr acuerdos inclusivos, construyendo el salón comunitario para poder brindar apoyo escolar o en cualquier otro proyecto que permita mejorar la calidad de vida de sus hijos. Todo este esfuerzo y coraje, surgen del entendimiento que sin paz, es imposible ejercer cualquier otro derecho. Sin paz no es posible la educación, ni la salud, ni la justicia y mucho menos el desarrollo.En un conflicto que intervine, que involucraba casi todo un asentamiento de Posadas, las primeras iniciativas que nos llevaron a plasmar acuerdos parciales, surgieron del grupo de mamis, preocupadas por el alto grado de adicciones que rodeaba a sus hijos, a partir de allí, encaminamos las propuestas y el trabajo comenzó a concretarse. Aún en condiciones básicas insatisfechas, -con esto me refiero a mujeres que limpian la casa, cocinan, lavan la ropa e higienizan a sus hijos con tan solo un balde de agua-, lideran y deciden, significando cada acción y cada paso en pos de sus hijos, con un estilo caracterizado por el cuidado y la ayuda para ejercer la influencia y actuar. Caen y se levantan e intentan nuevamente.Sin duda la plenitud y satisfacción de la interacción social y los vínculos familiares nos completan mucho más que los beneficios económicos, de allí la fuerza necesaria para integrar ámbitos, unir, sumar y tender puentes.Esto nos deja un rol fundamental en la construcción de paz. Desde la hora cero, estamos pendientes de la educación y bienestar de nuestros hijos, somos las primeras mediadoras en las diferencias familiares y del entorno, damos la vida, cuidamos, mimamos, creamos.No son pocas las demandas que enfrenta una mujer en esta era de transición, con vestigios de una sociedad que aplica paradigmas violentos para resolver sus conflictos, pero cada vez estoy más convencida que las mamás somos claves en estos proceso de transformación.Las invito a no renunciar a esta capacidad de diseñar sueños, nuestros hijos y nietos nos miran todo el tiempo. La construcción de la paz se hace desde las diferencias.Feliz día de la madre.Colabora: Valeria [email protected]: 3764-510132




Discussion about this post