Otra vez un fenómeno climático de imprevista violencia azotó la ciudad de Posadas en la tarde de ayer desde las 13.15 y por el lapso de 35 minutos. En ese tiempo, y luego de la caída de más de 7 milímetros de lluvia, las ráfagas del Este de hasta 82 kilómetros por hora hizo un efecto "olla" (vientos que rotan en espiral) que envolvió a varios sectores de Posadas.La masa eólica ingresó por las calles del centro desde el río Paraná y giró en algunas ‘esquinas con un efecto arrasador, como en la calle General Paz, en la que provocó la caída de un tinglado, perteneciente al Círculo de Suboficiales del Ejército, que se desplomó en el asfalto. Asimismo varios árboles se desplomaron en las calles, sobre las casas y hasta sobre un auto, en la intersección de Olegario Víctor Andrade y Santa Catalina. Hubo voladuras de techos en los barrios San José Obrero, San Jorge, San Onofre, 10 de Junio, en la chacra 145, en el barrio Los Pinos y en muchosotros puntos de la ciudad, una casa destruida por un árbol en Comandante Miño y Tambor de Tacuarí y caída de árboles en Villa Longa, Villa Lanús en el sector C, en Villa Blosset… También cayeron postes y tendido eléctrico, de teléfonos y videocable, además de marquesinas y carteles en el centro y las avenidas.Al rojoLos teléfonos al rojo vivo de las oficinas de la Dirección de Defensa Civil contabilizaron más de setenta llamadas de emergencia por diferentes motivos y, a medida que pasaba el fenómeno, las cuadrillas de esta dependencia comenzaron con la evaluación de los daños para la asistencia posterior -mayormente en chapas de cartón para los sectores más humildes- mientras que las camionetas y camiones de la Municipalidad y los bomberos despejaban calles invadidas por ramas, cables y chapas. Ya pasado completamente el fenómeno, al que le precedió una irónica salida del sol que elevó notablemente la temperatura, el gran alivio se dio al conocerse que no se registraron víctimas, salvo los pasilleros de la lancha Yacyretá que’tuvieron que ser atendidos luego de que la embarcación sufriera las consecuencias de la tormenta a mitad del río Paraná en momentos en que se desplazaba hacia el puerto de Posadas, lo que les provocó un gran susto a los más de 35 ocupantes. También fue susto el que le tocó vivir a la motociclista Valeria Aguirre, de 20 años. Un manojo de cables se desprendió en la esquina de Gómez Portinho y López y Planes, chocó contra la muchacha y la arrastró al piso. Se desmayó, pero pronto recuperó la estabilidad.Casi volcóLa lancha de pasajeros de bandera paraguaya Yacyretá, que usualmente realiza el recorrido Posadas-Encarnación, estuvo a punto de dar una yuelta campana a las 13.30 de ayer, cuando fue víctima de la ferocidad del viento que la atrapó en medio del canal, cuando regresaba hacia esta ciudad con 31 personas, entre ellas mujeres y niños.El pánico se apoderó de todos los eventuales pasajeros, que en medio de gritos de auxilio y desesperación, llegaron sanos y salvos -con las consabidas crisis de nervios-a la costa del Puerto de Posadas, donde la Prefectura Naval Ios esperaba con los dos guardacostas alistados para atender cualquier contingencia.Los,protagónistasdel inusual episodio, que hizo recordar la tragedia de la embarcación Pirizal, resaltaron la particularidad del clima y sus rarísimos cambios sorpresivos. "Cuando salimos de Encamación había sol y casi no había nubes", aseguró Alejandra Alcira Amarilla, pasajera que venía de hacer "algunas compritas" en la orilla vecina.La mujer, junto a su hija y una sobrina de ocho años, sintieron que el oleaje golpeaba cada vez más,fuerte a la embarcación. El bamboleo fue en aumento hasta que una ola más grande rompió los vidrios y el agua comenzó a entrar. "Gritábamos todos, estábamos desesperados, pero el timonel nos tranqulizaba. La verdad es que se portó muy bien, salió afuera a manejar el timón y nunca perdió la calma", reconoció Alejandra, aún empapada.Fotos: M.Colman y M.Fedorischak





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