El divulgador de filosofía Darío Sztajnszrajber visitó nuevamente Posadas este lunes, invitado a disertar sobre "Conocimiento, saber y poder" en el marco de la <a href="http://www.primeraedicion.com.ar/nota/227949/arranca-la-primera-expo-posadas-ciudad-universitaria.html">Expo Posadas Ciudad Universitaria</a>.Previamente, contó en una exclusiva charla telefónica con PRIMERA EDICIÓN que hablaría sobre "ese vínculo evidente que hay entre el saber y el poder, que no es otro que el planteo que le hizo Sócrates a los sofistas griegos y que le costó la vida. Es un dispositivo que se viene repitiendo, atravesando nuestra cultura, y me interesa subrayar el debate que surge desde ahí", adelantó. El docente Sztajnszrajber adquirió popularidad al divulgar la filosofía de manera horizontal y emancipadora, a través de "Mentira la Verdad" (programa que emite Canal Encuentro). Allí, con debates cotidianos, reflexiona e invita a pensar las grandes cuestiones existenciales a partir de la mirada de la filosofía y la constante pregunta por el sentido.En tu primera visita ponías un fuerte énfasis en que la filosofía tenía que recuperar su lugar original y volver a la calle. Algo que se está haciendo con la cuarta temporada de "Mentira La Verdad"…Retomamos esa peculiaridad inicial de la filosofía. De hecho la bajada del programa en esta temporada es “Filosofía en la Calle”, donde voy recorriendo distintos espacios públicos para dar clases públicas de filosofía en Capital Federal, Rosario (Santa Fe) y la Ciudad de La Plata, en la calle. Yo voy recorriendo estos lugares explicando grandes libros de la filosofía. Se va juntando la gente que fue convocada en su momento a través de las redes y que llega de manera espontánea, junto con gente que va circulando por cada uno de estos lugares. Estuvimos en la costanera de Rosario, la Catedral de La Plata, la Biblioteca Nacional, avenidas de Buenos Aires, con una masividad importante. En la costanera de Rosario había más de mil personas y yo iba dando estas clases y dialogando con el público a través de sus intervenciones. Se tomaron algunas imágenes de las tres temporadas anteriores como para ejemplificar los temas y así surge esta cuarta temporada que es una manera de apostar a la popularización y democratización de la filosofía, porque básicamente lo que uno presencia es como la filosofía de manera horizontal va generando diálogos, preguntas e interpelaciones.¿Qué capítulos te movilizaron más?(risas) Hay de todo. Por ejemplo, uno de los programas lo hicimos en la cárcel, en uno de los patios de la Unidad Penal de San Martín. Hablamos de filosofía con los presos, donde trabajamos un texto de Emmanuel Levinas sobre la “Otredad”. Hablar del Otro en un contexto carcelario, fue una situación muy fuerte y muy representativa de lo que queremos trabajar nosotros desde la filosofía. Lo mismo en Rosario, donde compartimos con muchos chicos, que participaron activamente, hicieron preguntas y opinaron. Eso nos permitió vislumbrar ese compartimiento generacional que pueden hacer de la filosofía un lugar de encuentro. Fue muy satisfactorio para nosotros ver como llegaban a distintas generaciones. Todos los programas tienen su singularidad, pero esos dos son impactantes por lo que te conté.¿Por qué tenemos que considerar importante la divulgación de la filosofía?A eso se refiere un poco lo que voy a presentar en la expo universitaria. La charla se llama “Qué es el conocimiento. Entre el saber y el poder”. Me parece, básicamente, que el conocimiento se ha ido elitizando en los últimos tiempos y se ha vuelto -en ese sentido- una esfera que no generaba una emancipación real para una ciudadanía, para la cual, todo desarrollo de un pensamiento crítico, no puede sino generar una situación de libertad. Cuando uno se da cuenta que los saberes que se presentan a sí mismos de manera “neutral”, son en realidad un gran dispositivo para la legitimación del status quo y de los privilegios de las clases hegemónicas, entonces ese mismo saber tiene que poder generar, de manera inversa, las situaciones de resquebrajamiento para emprender una situación de emancipación y de socialización democrática, que lamentablemente muchas veces se pierde. Hay que entender que esa concepción del saber como algo distante, de algún modo está generada para que la ciudadanía en su mayoría no se apropie de ese conocimiento y lo utilice para motivaciones más políticas. Yo creo que todo saber es político y la politización del saber puede ser utilizada para la legitimación de los discursos dominantes, o todo lo contrario: para una emancipación de los más desposeídos en aras de una sociedad más libre y más justa. Pero el campo de conflicto está puesto en el “saber”. La divulgación supone una política. Una política de la divulgación pensada en términos libertarios.




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