De acuerdo con los integrantes de la SAN, este desorden puede responder a un problema que haya estado latente y se hace evidente en el período de gestación. Se trata de un temor obsesivo a aumentar de peso que pone en riesgo la vida de madre y del bebé, ya que la falta de nutrientes ingeridos afecta la placenta, la nutrición y el neurodesarrollo del pequeño.También persiste el temor al sobrepeso en el post parto, lo que dificulta el buen desarrollo de la lactancia, ya que no se recomiendan las dietas hipocalóricas cuando se amamanta.Se sabe que la alimentación durante el embarazo es fundamental para garantizar una adecuada salud materna y fetal, y la pregorexia puede llevar a bebés con bajo peso al nacer, partos prematuros, abortos espontáneos, hiperémesis gravídica o malformaciones varias. Además se prevén dificultades en el vínculo madre-hijo y en la posterior alimentación del niño.La anorexia nerviosa durante el embarazo es capaz de derivar en un cuadro grave de desnutrición, que afecta tanto a la madre como al feto. Por lo tanto, si una gestante presenta este desorden necesitará un riguroso control obstétrico, ya que su embarazo es de riesgo.Si surge bulimia nerviosa durante el embarazo, este período se puede cursar con importantes episodios de vómitos que podrían conducir a deshidratación y desequilibrio electrolítico.Expertos sugieren que si la mujer con antecedentes en trastornos alimentarios busca tener un hijo, programe su embarazo, para tener tiempo de realizar un exhaustivo examen médico y psicológico previo.Fuente: docsalud.com Asesoraron la Dra. Alicia Langellotti (MN 56157) médica especialista en Nutrición y Miembro del Grupo de Trabajo en Trastornos Alimentarios de la SAN y la Dra. Maria Ester Strada, médica psiquiatra.





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