"Para salvarse, hay que juntarse y arremangarse neike, chamigo…", dicta la poesía de Julián Zini. Nada mejor que estas palabras para simplificar lo que ocurrió el sábado por la noche en el auditórium del Instituto Montoya, donde músicos como Los Nuñez y Los Hermanos Britez le dieron la bienvenida a la Gala del Chamamé. El humor y el regionalismo del Gurí Molina amenizó la noche. Desde hace varios años acompaña a los grupos en espectáculos donde interactúan con el público logrando resultados realmente notables.Ante un auditorio repleto, los artistas fueron desempolvando canciones que recorren un cancionero bien regional, dando ese puntapié a mostrar nuevas producciones, imaginando que el escenario era el patio de la casa, donde comenzaron de gurisitos a hilar sus sueños.Los Nuñez, padrinos artísticos de Los Britez, dieron el visto bueno desde un primer momento, dejaron que la música los llene y forme parte de sus vidas. Hoy, todos más grandes y maduros en lo musical, suenan de igual a igual. Con ese perfeccionamiento único de la escuela que viene en la sangre y se apodera del corazón. Todos de familia bien musical, impulsados por sus abuelos y padres, perfeccionados por las manos del maestro Ricardo Ojeda. Muchas cosas en común tienen estos cuatro hermanos, que le dieron un sentido único al chamamé tradicional y dejaron entrelazar pasiones. Hoy abocados a sus proyectos continúan insistiendo en que su música puede llegar mucho más lejos, acompañados por el reconocimiento de los grandes artistas y destacando la humildad por sobre todas las cosas.La noche tuvo muchos momentos emotivos, donde también el agradecimiento fue parte de la velada. Comenzaron sus primeros pasos anhelando un auditórium Montoya, llegando a discos y, en el caso de Los Nuñez, a un recorrido mundial con bandoneón y guitarra.La nobleza musical los llevó la noche del sábado a recibir a los amigos, colegas que admiran el trabajo de ambos proyectos. El Gurí Molina volvió a colocar su impronta en un notable trabajo de acompañamiento. Ya se hace natural verlo recorrer el escenario. Todos entendieron que el modo de crecer es juntándose y acompañando los logros ajenos como si fueran propios. Poco antes de subir al escenario Alan y Nazareno Britez ya habían contado que estaban orgullosos de compartir con Los Nuñez una presentación más y destacaron que pretender terminar el año con un cuarto trabajo discográfico que tendrá muchos más temas propios. “Es una meta que nos pusimos desde un principio, terminar el año con nuevo material, poder llevarlo a los festivales y hacer la presentación siempre en la casa que nos abrió las puertas, el Montoya. Queremos llegar al país con nuestra propuesta tradicional y mostrarle a la gente que siempre se puede hacer cosas mejores”, destacaron.A su vez adelantaron que esta cuarta placa tendrá un homenaje especial a su abuelo paterno, quien los apuntaló desde en un principio en el mundo musical.Escucharlos es entender que siempre se puede cuando hay pasión, tal es lo que ocurre con Los Nuñez y ese reconocimiento nacional que los coloca en un lugar muy especial del cancionero argentino. La muestra de virtuosismo y talento se hizo sentir en cada nota, en cada interpretación. De pie, el público acompañó hasta el final y la magia chamamecera, una vez más, se apoderó del auditórium.Fotos: M.Colman





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