“La Cooperativa Bolsas Kraft (exLa Arminda Ltda) puede trabajar legalmente. Gracias a la determinación de los obreros por un mismo y claro objetivo: el de superar en el tiempo las adversidades para luchar por su pan, por su dignidad!!”. Así se expresaron los trabajadores el pasado viernes luego de la firma del contrato que les permitiría comenzar a operar en forma legal con reconocimiento oficial de la provincia.Son en total 31 familias las que resistieron desde hace más de un año, una profunda crisis luego de que la fábrica dejara de funcionar. Hubo meses de tensión y venta de comidas para seguir subsistiendo frente al cierre de la fábrica, con el apoyo de algunos vecinos que hicieron que la lucha no terminara y poder llegar a reiniciar la producción en poco tiempo más.Ahora, los socios de la cooperativa de trabajo esperan poder avanzar con los trámites correspondientes ante la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip) y comenzar así la recuperación definitiva de lo que supo ser una de las industrias más importantes de la localidad.Mediante la cuenta de Facebook de la organización, hubo agradecimientos hacia quienes movieron la burocracia estatal para recibir el apoyo: al ingeniero Tarnowski, al Dr. Babiak, al Ing. Lichowski y al propietario de la empresa, Horacio Luft “por su predisposición”. Los trabajadores destacaron que la noticia de la posición legal llegó “en la semana mundial del cooperativismo”, expresaron. La empresa, fundada a principio de los años 80 por el ya fallecido, Antonio Luft, en los últimos cinco años fue cayendo de a poco en una crisis que terminó con su cierre definitivo. Sin embargo, sus trabajadores se resistieron a la pérdida de su fuente de trabajo y tomaron la fábrica, sin embargo, nunca la pudieron operar. Ahora, con la conformación de una cooperativa y el acuerdo con el propietario, se espera que puedan obtener su número de Cuit en Afip para comenzar a trabajar y vender su producción. Durante todo este tiempo, los trabajadores realizaron distintas actividades, desde venta de empanadas y bollos hasta festivales, con el fin de recaudar dinero para sostener a sus familias. Ahora, la esperanza del trabajo digno y estable se reaviva luego de una profunda incertidumbre que parece llegar a su fin.





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