Más de 150 policías y una cantidad similar de pobladores buscaban el viernes por la noche a Octavio Leonel, un niño de dos años que el jueves, entre las 13.40 y las 17, desapareció del campamento de tareferos donde sus padres lo dejaron para ir a cosechar yerba mate. Su paradero, al menos hasta el cierre de esta edición, era un misterio que crecía con el devenir de las horas al igual que la congoja y la desesperación de los familiares y allegados.Anoche la Policía, a través de un comunicado de prensa, informaba de la demora preventiva de los dos tareferos que habrían visto por última vez al pequeño.La zona donde el menor desapareció es conocida como Colonia Milagros y está ubicada en el kilómetro 1.251, a unos quince kilómetros de la ruta nacional 14, jurisdicción del municipio de Dos de Mayo.Los padres regresaron al campamento a eso de las 17, cuando dos tareferos se acercaron a ellos para avisarles que el pequeño no dejaba de llorar.Cuando llegaron, el nene había desaparecido como por parte de magia. A eso de las 18, prácticamente con el ocaso del sol, se radicó la correspondiente denuncia en la comisaría de Dos de Mayo. Entonces se disparó el operativo de rastrillaje. Lamentablemente hasta el cierre de esta edición no había novedades de ninguna índole.El Ministerio de Gobierno y la Jefatura de Policía dispusieron un amplio rastrillaje con la intervención de tropas especiales en el rastrillaje y localización de víctimas en zonas de difícil acceso.Ayer, entrada la noche, sumaban más de 150 efectivos, a los que sumaron una cantidad idéntica de pobladores de Dos de Mayo y San Vicente, por citar algunas localidades.Lo más extraño es que, pese a lo riguroso del procedimiento, que peinó un área de treinta kilómetros, no se encontró un solo indicio, rastro o huella del pequeño.No desmoraliza pero comienza a virar la investigación hacia otras hipótesis como que, quizás, el menor no se perdió por sus propios medios. No obstante, la Policía aclaró anoche que no descarta ninguna teoría respecto de la suerte que pudo haber corrido la víctima.Si bien es una región donde puede haber animales salvajes, no se halló marcas de arrastre o de sangre, por ejemplo.Las tareas de búsqueda continuaban anoche con el jefe de Policía, comisario general Manuel Mártires Céspedes, trabajando junto a sus hombres en el escenario del hecho.En la causa interviene el juez de Oberá, Horacio Alarcón.Cuánto pudo haber caminadoPRIMERA EDICIÓN consultó con expertos en la materia cuánto pudo haberse alejado, por sus propios medios, un niño de dos años y la respuesta fue “un máximo de un kilómetro”, un radio ampliamente superado por el rastrillaje realizado por los más de 150 efectivos de la Policía de Misiones.Sin embargo, a más de 24 horas de la denuncia sobre la desaparición de Octavio Leonel, los socorristas no encontraron huellas ni rastros del pequeño.Una arista del caso, que apuntaba a dar esperanza a los buscadores, contemplaba la posibilidad de que alguien pudiera haber encontrado al pequeño perdido en el monte y que reapareciera en las próximas horas. Pero la falta de novedades pareciera hacer mella en las convicciones de los más estoicos;?aunque nadie baja los brazos.





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