En 1651 intentó hacerlo por primera vez a través de las Actas de Navegación del gobierno de Olivero Cronwell; volvió a hacerlo en 1926 mediante la Declaración de Balfour; y ahora sucede nuevamente tras el resultado del referéndum que deja al reino separado de la Unión Europea (UE).El denominado “Brexit” (British Exit, “salida británica”) deja al desnudo la vigencia de los nacionalismos de las diferentes regiones que lo integran y revive una concepción histórica que vincula la idea de desarrollo económico con políticas que establecen fracturas y políticas de aislacionismo con sus vecinos europeos y la centralización de sus negocios con sus excolonias, situación última que hoy aparece harto problemática.El repentino quiebre se produce en el contexto de un fuerte proceso de apalancamiento financiero de la economía del Reino Unido que, con sus 2.679 billones de dólares estadounidenses de Producto Bruto Interno (PBI), lo sitúan como la décima economía mundial.Ya en el capítulo de los efectos, la voluntad mayoritaria británica, por 52% a 48%, de separarse no sólo fractura a la UE, sino que además fractura al propio Reino Unido. Tanto Escocia como Irlanda del Norte manifestaron su intención de no romper vínculos con “los 27” y, en todo caso, votar por dejar de pertenecer a la corona.Si bien las consecuencias continuarán verificándose en los próximas semanas, el suceso extraordinario que converge en el Brexit inaugura una larga fase de incertidumbre económica y política en Europa, en primer lugar, pero también en el conjunto de la economía internacional.Los primeros datos de los mercados reflejan claramente que se trata de un hecho que trasciende las fronteras propias y deja huellas en todas las latitudes.En cuanto al contexto local cabe señalar que el nivel de comercio entre Argentina y Gran Bretaña no es tan significativo como para que se produzca un impacto sobre la balanza comercial nacional que, en todo caso, tiene más que perder si las consecuencias del “Brexit” repercuten sobre el bloque comunitario con el que durante el último año tuvo un volumen de intercambio de casi 20 mil millones de dólares. A nivel comercial Buenos Aires mantiene un excelente vínculo con Bruselas, vínculo que podría verse comprometido si la decisión del Reino Unido afecta el mercado europeo, principal destino de las exportaciones argentinas, luego de Brasil.





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