Los alumnos de la Epet 36, ubicada en el populoso barrio de Itaembé Miní de Posadas, encabezaron este miércoles una sentada en el patio de esa institución para pedir al Consejo General de Educación (CGE) que mantenga el sexto año “B”, del turno tarde, pese a que sólo tiene seis alumnos. No es la única división de esta secundaria técnica que tiene pocos alumnos: según fuentes consultadas del CGE, la Epet 36 tiene ocho cursos con menos de diez alumnos. No obstante, el problema más acuciante a resolver en las próximas horas es el sexto año con seis alumnos. Desde el CGE, se solicitó a las autoridades de la Epet 36 que revalúen su planta docente y eleven una propuesta ante el organismo que garantice la continuidad del servicio educativo para todos los alumnos. Pero, según admitieron, es insostenible mantener la actual estructura docente para cursos con menos de quince alumnos. El miércoles, la directora de Enseñanza Técnica, Rosana Ayala, visitó la escuela y se reunió con su directora, Alicia Gradenecker. Entre la espada y la paredEn diálogo con PRIMERA EDICIÓN, Gradenecker admitió el desgranamiento de matrícula en los ciclos superiores, razón por la que cursos que en primer año tienen más de treinta alumnos pierden más de 50% de sus alumnos al llegar a quinto o sexto año. Precisó que la división del sexto año “B” fue creada “a término” el año pasado (2015) con más de quince alumnos pero este año sólo tienen seis estudiantes. “El Estado financia muchas actividades e insumos para asegurar el trayecto de los alumnos, pero los índices de retención van cambiando lentamente. Lamentablemente, el desgranamiento en los ciclos superiores es común en muchas escuelas secundarias y en la nuestra en particular”, admitió la directora de la Epet 36. Esa institución tiene dos tecnicaturas: en Tecnología de los Alimentos y en Gestión Organizacional. El sexto que tiene sólo seis alumnos es el de la Orientación en Alimentos, en el turno tarde. “Los alumnos cursan en doble turno porque es una escuela técnica, tenemos un curso de cada orientación por turno”, precisó. Al ser consultada sobre si ya tienen una propuesta de readecuación de su planta funcional para presentar al CGE, la directora señaló que están trabajando en ello y que “es un proceso muy arduo porque implica acuerdos y responsabilidades por sobre todo”. La docente se encuentra en el medio del conflicto entre la demanda de los alumnos, el temor a quedar en disponibilidad o ser asignados a otras instituciones educativas por parte de los docentes y la exigencia del CGE que plantea la necesidad de optimizar los recursos públicos a fin de garantizar la presencia de los docentes donde haya la cantidad necesaria de alumnos.Desde ese incómodo lugar que hoy le toca ocupar, Gradenecker señaló que “esperamos con mucha esperanza solucionar esta problemática de la mejor forma para todos, confiamos en el buen criterio de la superioridad”, pero no se animó a opinar si cree que continuará la división del sexto “B”. Al ser consultado sobre esta problemática, el supervisor de educación técnica, Juan Montiveros, analizó que “el primer año es el semillero, ahí entran todos, pero a medida que avanzan se produce el desgranamiento por cohorte y eso es natural pese a que no debería ser así. En este momento, además, estamos en una situación económica nada feliz y el CGE tiene que cumplir con la normativa (Resolución 3434) que indica el mínimo de alumnos que debe haber para crear un curso en una escuela técnica: 30 en primer año, 25 de segundo a quinto y 15 para sexto”. A su entender, “no tiene sentido sostener dos divisiones de menos de diez alumnos cuando podemos fusionar esos cursos y que esas horas cátedras sean aprovechadas por otras instituciones que tienen más de cuarenta alumnos y necesitan desdoblar”.





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