Señora Directora: Siento profunda indignación por la irresponsabilidad del Intendente de Arroyo del Medio que, en estado de ebriedad y con un vehículo municipal, atropelló a otro automóvil, matando a su conductor, un remisero. Su actitud, aunque esta vez concluida en tragedia, es similar a otro intendente, pero tucumano, que sorprendido conduciendo borracho amenazó con hacerlos despedir al personal de Tránsito que lo interceptó y, desvergonzadamente, ante ellos llamó al gobernador provincial. El hecho, exceso de alcohol en sangre, son el mismo.Las autoridades y, en particular, las municipales son las que deben dar el ejemplo, respetando las leyes nacionales y provinciales, y las normas sancionadas por la propia comuna que, en la generalidad de los casos, adhirió a las anteriores. Es inconcebible una situación como ésta, pero para muchos funcionarios resulta natural, creyéndose inmunes e impunes, ya que habrá alguna otra autoridades de mayor rango que sacará “las papas del fuego” y les permitirá seguir campantes e irresponsables en su cargo.No sólo creo que debe ser separado de su cargo por ser el responsable de un delito cuya contención es, primordialmente, de responsabilidad municipal, sino que además hizo abuso de poder y cometió peculado al utilizar para uso personal (la camioneta con la que se accidentó) un vehículo propiedad oficial. La Justicia debe ser implacable y para nada complaciente con él, así como los concejales tendrán que asumir la responsabilidad políticas que les corresponde para no convertirse, primera y segundos, en cómplices de un homicidio y de un comportamiento desaprensivo que colisiona con la función que le encomendó el pueblo de esa localidad.No debe haber protección política ni judicial como ocurrió en otros hechos homicidas que tuvieron como protagonistas a figuras del poder o sus familiares y amigos. La lista de esa impunidad es larga en Misiones y es una de las peores expresiones de una corrupción que así solo muestra una de sus caras, la más evidente, pero sin tampoco poder ocultar las restantes. Indigna y enfurece lo sucedido con este Intendente que no supo respetar la confianza y el ejemplo depositados en él por sus compueblanos. Ser titular municipal no es solo cuidar que la ciudad o el poblado sea el mejor lugar para vivir en plena convivencia, sino también debe demostrar una plena compenetración con esa función y su condición de líder de esa comunidad.




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