Las leyes poseen dos funciones básicas una instrumental y otra simbólica (Merton) la real busca resolver cuestiones concretas.La simbólica tiende a crear la sensación que “resuelve” algunos problemas, su objeto es evitar el abordaje de los problemas reales, sirve para la descarga tensiones negativas sociales, implica una suerte –en términos psicoanalíticos- de “mecanismo de desplazamiento”. Es un modo de abordaje simbólico de problemas estructurales no posibles de resolver en forma inmediata –o- en verdad de encubrir el problema real. A modo de ejemplo los países con más alta tasa de criminalización son aquellos con mayores problemas de desigualdad y exclusión. Las sociedades equilibradas tienen un sistema punitivo mínimo. Por caso Suecia que ha cerrado cuatro cárceles en el último año, los estados con mayor nivel de “encierro” son Estados Unidos 730 detenidos cada cien mil personas y Rusia con 607(Christie:2004).En los discursos simbólicos punitivos nunca se toman como modelos a los países nórdicos porque pondría al descubierto la verdadera función del discurso punitivo y –lo más grave- el problema real. La conflictividad social en estos Estados es mínima por tanto su sistema punitivo es muy pequeño, la legislación penal solo por excepción tiene al encierro como pena y de muy corto tiempo.Como se ha dicho mas arriba las leyes tienen –además de la función instrumental- una función simbólica que no resuelve problemas reales. En este marco se inscribe “la emergencia vial y el alcohol cero”. En efecto, en el año 1995 se modifico la legislación de transito al tiempo que se aumentaron las penas de los delitos culposos con el objeto de disminuir las muertes y lesiones devinientes de accidentes viarios. Han pasado más de veinte años y la cantidad de infortunios carreteros han aumentado, naturalmente la legislación simbólica no va a resolver la falta de infraestructura vial.Alemania, Inglaterra y España –junto a los países nórdicos- son los países europeos con tasa más baja de lesiones y muertes carreteros, esta estadística no es emergente de alguna legislación represiva sino porque tienen la mayor y mejor red de autopistas de Europa, piénsese que estos países no tienen tolerancia cero –por caso – Suecia admite hasta 0,2 gr, e Inglaterra 0,8 grs. (fuente Cesvi) naturalmente es deseable que no se conduzca habiendo bebido o consumido cualquier tipo de sustancia legal -o no- que pueda afectar el sistema nervioso central, pero más importante es conocer la realidad y desde ese lugar trazar el objetivo.Argentina tiene una tasa aproximada de 12, 6 muertos en accidentes viales cada cien mil personas –el segundo país con más baja siniestralidad después de Chile en América Latina – la Unión Europea tiene un promedio de 5,5; Suecia tiene una tasa de 3, y EEUU de 11, 4, la estadística muestra que la mayor cantidad de muertos y lesionados en Argentina se produce en choques frontales por invasión de carril (41,8%) y fronto angular 21%.En este contexto claramente se observa que la mortalidad en eventos viales se relaciona directamente a la infraestructura, un ejemplo claro es la ruta 2 que une Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Mar del Plata fue llamada en los 70 como la “ruta de la muerte” actualmente ha bajado más del ochenta por ciento la tasa de accidentes simplemente por haberse construido una autopista. Lo mismo ha ocurrido con la ruta 14 en el tramo que va de Paso de los Libres a provincia de Buenos Aires. Esa es la solución. Las medidas punitivas son puramente simbólicas para la comunicación política de corto plazo, en ese espacio se inscribe la tolerancia cero. La sociedad argentina es permeable a los discursos de “emergencia” y por tanto a no abordar los problemas reales. Argentina se ha quedado sin ferrocarriles, sin aviones y con carreteras que atrasan cuarenta años lo único que reactualiza son los discursos simbólicos.





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