"Tenemos un índice de mortalidad escandaloso y nos exige a todos como sociedad a cuestionarnos en serio, primero el valor de la propia vida y el valor de la vida de los demás, lo cual implica evitar todo aquello que pueda poner en peligro la seguridad y la vida de los ciudadanos. Eso requiere tomar muy en serio conciencia sobre las consecuencias enormes que tiene el alcohol como cualquier otra adicción y especialmente cuando uno maneja o realiza tareas donde uno puede generar daños a otros", señaló a PRIMERA EDICIÓN.Más adelante, el religioso apuntó que “tantas muertes, que nos duelen, que son terribles, tendrían que ser un llamado de atención enorme para una reflexión ciudadana de decir: No se puede seguir despreciando la vida de los demás y la propia con semejantes imprudencias por no tener la capacidad de salir de una adicción o la sensatez de decir si manejo no tomo absolutamente nada” y agregó: “Espero que estas últimas muertes que han trascendido puedan tener ese fruto, aún desde el dolor, de ser un llamado de atención a la sociedad y que nos exijan un cambio rotundo en nuestra cultura, forma de pensar y comportarnos para terminar de una buena vez por todas con el tema del alcohol ligado al manejo. Más allá de los controles que debe hacer el Estado, que considero que deben ser muchísimo más fuertes, más permanentes, más exigentes, hay que hacer un llamado a la responsabilidad de cada ciudadano de tener en serio un respeto a la vida del otro y propia para terminar con el tema del alcohol en cualquier circunstancia y mucho más si se va a manejar.Por otro lado, Barros, caracterizado por su tarea social, dijo que “hablamos de consumo cero de alcohol pero hay quienes van por el camino de la adicción y no lo reconocen, no lo saben o no lo dimensionan. Hay que evitar que una persona llegue a la adicción y la clave es la familia, todo se sana con la prevención, que es el primer paso para que no avance en ese camino. Hay tareas de rehabilitación para los que ya la tienen pero los ejemplos comienzan por la casa, con el padre y la madre, que se enseñe, se insista que cualquier adicción, alcohol, drogas, mata de a poquito, a la corta o a la larga, mata la vida de uno y o de otros. Por eso es fundamental la educación, prevención, la toma de conciencia que empieza obviamente por los adultos que deben transmitir esto a los más chicos”. Por último, Barros manifestó que “las penalidades deberían cumplirse. La ley tiene la función de sancionar algo no solamente correctivamente, sino también en forma educativa. Creo que la ley, al poner normas que sancionan al que maneja y consumió alcohol son muy positivas, en la medida que se las aplique, pero al mismo tiempo hay que ir educando. Si cae solamente en un papel muerto no sirve para nada”.





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