Cuando el esfuerzo se combina con el sacrificio y éstos dos se unen a la pasión, se pueden conseguir cosas increíbles.Diego Ulises Ramírez es discapacitado motriz, pero eso nunca fue un impedimento para llevar adelante todo aquello que lo hace feliz.Con mucho amor propio y el apoyo incondicional de su familia, este joven de 35 años lleva dos décadas junto a un deporte que le permitió conocer a muchos amigos, como así también distintos lugares. Desde el banco plano, Diego se convirtió en uno de los grandes exponentes de la modalidad fuerza en banco, donde logró destacarse tanto en las competencias especiales, como ante atletas convencionales.“Tirando” una innumerable cantidad de kilos, se fue abriendo camino en esta particular disciplina, donde luego de sobresalir a nivel local, también trascendió en el plano nacional.Sus buenas actuaciones le abrieron las puertas del equipo nacional paralímpico, donde forma parte del plantel que constantemente compite y clasifica para las distintas competencias, formando parte del ranking argentino de esa especialidad.Justamente, ahora Diego comenzó su preparación para un torneo nacional que se llevará a cabo en los primeros días de septiembre, en Pinamar.Con referencia a lo que se viene, comentó: “Vamos a competir en las convencionales que hay por acá, pero me estoy preparando para Pinamar, donde será el nacional en los primeros días de septiembre. Este año participé en el Nacional de Mar del Plata, que se hizo en abril, donde salí primero en paralímpico y segundo en la general de convencional”.Vale destacar que Diego siempre está bajo la atenta mirada de Sofía Cadona, quien es la entrenadora del seleccionado nacional paralímpico de levantamiento de pesas.“Tratamos de prepararnos de la mejor manera posible. Parte de esa preparación será en los torneos convencionales de acá. Siempre trabajo en mi gimnasio, pero ahora es con más intensidad, porque tanto en Mar del Plata como en Pinamar o cuando me llaman, tengo que estar preparado”.Es importante aclarar que Diego cuenta con un pequeño gimnasio en su domicilio, que con mucho esfuerzo y sacrificio su papá, Samuel, le fue armando. Pero, como ellos mismos lo definen “faltan muchas cosas para poder entrenar como corresponde”.Haciendo hincapié en este aspecto, es oportuno destacar que todo lo hacen “a pulmón”, sin ayuda alguna, salvo la de familiares y amigos que colaboran para los viajes y otras necesidades. Además, hacen falta elementos específicos en el gimnasio, como barra paralímpica y discos de pesas. Pero, pese a la necesidad, Diego se las arregla y actualmente está “tirando” 140 kilos en el banco, un peso para destacar, teniendo en cuenta que supera a varios convencionales.“Tengo el apoyo de familiares y amigos, si no fuera por ellos sería muy difícil. Todo lo que hacemos, lo hacemos a pulmón, tanto acá como cuando salimos afuera. No recibimos nada de la provincia ni del gobierno” contó con un dejo de resignación, sabiendo que un pequeño aporte le vendría muy bien.Sería importante que las autoridades se hagan eco de estas situaciones, teniendo en cuenta que con una pequeña ayuda se podría dar una gran mano a estos luchadores de la vida.Su otra pasiónAdemás de las pesas, a Diego lo mueve peregrinar todos los 8 de diciembre, en bicicleta, al santuario de la Virgen de Itatí, en Corrientes. “Gracias a Dios, estamos yendo todos los años. Mientras no se junte con los torneos a los que me llaman, hacemos lo posible para ir todos los años”, contó.También, a este levantador de pesas hincha de River, le gusta el fútbol y sigue la campaña de los equipos misioneros. “Estamos atentos cuando juegan Guaraní y Crucero. Por ahí, como estamos más cerca de Santa Inés (vive en Villa Lanús) vamos a la cancha de Crucero”, confió.




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