Una pequeña de tan sólo nueve años, Agustina Yuszczyszyn, vio con sus propios ojos la necesidad de los alumnos de la Escuela 91 de Villa Sommer, a unos 60 kilómetros de Oberá, donde su papá es director, y propuso a sus compañeros de la Escuela 305 iniciar una campaña solidaria para ayudarlos. La maestra y sus amigos del tercer grado aceptaron el desafío sin dudarlo. Iniciaron una colecta de útiles, elementos para la escuela, ropas, calzados y todo lo que pueda servir de ayuda para los niños de esa escuelita.En Villa Sommer las familias son en su mayoría trabajadores oleros y peones rurales y solo un 10% agricultores. Agustina acompañó a su papá en varias ocasiones y observó cómo los niños de su edad caminaban varios kilómetros para llegar a la escuela, varios de ellos no tenían mochila, ni elementos básicos, vestían zapatillas rotas o ropa ajada por el uso.Y así fue que los niños de la Escuela 305 se pusieron en campaña para juntar los elementos, que durante un par de semanas fueron acopiados en el establecimiento educativo. Luego cuando decidieron que ya se podía juntar las cosas para ser entregadas, resolvieron llevar las donaciones a la Escuela 91 en la camioneta de Marcelo Yuszczyszyn, padre de Agustina y director.





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