Señora Directora: Cada día que pasa estoy más sorprendido por la ausencia de la familia, la carente responsabilidad de los padres, la busca de la satisfacción personal sexual y económica, las nuevas tribus. La difícil e injusta convivencia entre los tuyos, los míos y los nuestros. La consecuente baja autoestima de nuestra juventud, totalmente desconcertada y sin valores. No existe el esfuerzo la dedicación y el trabajo y el orgullo de los logros obtenidos. El respeto a los mayores ya los familiares que se transformaron en tribus con convivencia a la injusticia, femicidio, violencia de todos los géneros.Estos desequilibrios llevan a las drogas de toda la gama como una manera de escapar de esta realidad que no perdona; por lo contrario, se agrava en la medida de que muere la familia y proliferan las tribus y como esto tiene un corolario de necesidades extremas en la economía por la tecnología y los lujos exacerbados se genera una carrera de corrupción, estafas, clientelismo, mirar para otro lado, sobornos, que meten a estos en la única bolsa que cuenta. Los que quedan afuera son los que no serán incluidos porque son peligrosos para los actuales estándares. El honesto, el trabajador, el padre de familia, el que gana lo justo para llevar el pan a su familia y no tiene fortunas, ni herencias y que no cede su dignidad como persona, que mira a sus hijos a los ojos o simplemente porque son pobres y excluidos. Estas actitudes molestan mucho a los “valores” de hoy, “tanto tienes, tanto vales”. Esto se ve todos los días el que roba tiene los privilegios del dinero con un entorno de amigos, futuros integrantes de la tribu deben tener, los mismos atributos. El que no, es un infeliz.A pesar de que los de la “Bolsa” se rasgan las vestiduras y van a la iglesia, de nada les sirve y se darán cuenta cuando la conciencia les funcione. Lo más importante es servir, es dar, ser personas que en el día a día van creciendo, No es la teta, es la leche.Debemos agradecer los que tuvimos familia, madre o esposa que dio la leche de los valores y que nos acompañó en las situaciones, las buenas y las malas. Hoy eso está a la vista, son personas y no miran para abajo, miran a los ojos. No quieren nada regalado lo consiguen con su esfuerzo, única actitud que se refleja toda la vida.





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