La AFCP Jóven debatió la actualidad del mercado papelero en una jornada que contó con un panel de expertos conformado por Osvaldo Vassallo, presidente de la Asociación y de la Asociación Forestal Argentina (Afoa); Marcos Uribelarrea, gerente del negocio papel de Ledesma; Guillermo Schcolnik, director de Celulosa San Pedro, y Patricio López Pagani, gerente de marcas de family care de Kimberly Clark Argentina.La AFCP Joven es una iniciativa de la Asociación de Fabricantes de Celulosa y Papel que se creó con el propósito de formar a los dirigentes del futuro, y su primera actividad del año se desarrolló el 22 de marzo pasado, en la sede de la cámara empresaria en Buenos Aires.Vassallo presentó sus propuestas sobre cómo solucionar lo que calificó como “debilidad estructural de la Argentina” en la industria forestal, justificando dicha apreciación en que el país apenas produce poco menos de 1 millón de toneladas de celulosa y 1,7 millón de toneladas de papel, contra Brasil que fabrica 15 millones y 10 millones. Como causas centrales -de la mencionada debilidad estructural- señaló a la ausencia de políticas foresto-industriales y a la falta de visión empresarial, ya que la Argentina debió importar celulosa y papel por nada menos que 600 millones de dólares el año pasado y para el 2020 se estima lo hará por 2.000 millones. En ese escenario, mientras se esperan inversiones por 20.000 millones de dólares en Brasil, por 8.000 millones en Chile y por 3.500 millones en Uruguay, nada firme hay previsto aún en la industria celulósico-papelera de Argentina. Incluso, el presidente de la AFCP y Afoa alertó que Colombia, Paraguay, Perú y Ecuador tienen importantes planes de forestación, de modo que el país tiene posibilidades ciertas de volver a perderse la historia.Un ejemplo de lo contrario, según indicó, podría ser el desarrollo del proyecto de una planta de producción de papeles marrones en base a celulosa de fibra larga que se estudia para la provincia de Corrientes, por supuesto que mediante la necesaria articulación público-privada que permita concretar la iniciativa.A su turno, Marcos Uribelarrea se refirió a las principales variables que condicionan la actualidad de los papeles de impresión y escritura. Señaló en primer término que el consumo de libros, revistas y cuadernos, tiene una elevada relación con el crecimiento del PBI y de la incorporación de personas a la clase media de los correspondientes países. Pero destacó que el impacto de las tecnologías es claro sobre todo en los Estados Unidos y, aunque un poco menos, en Europa. Guillermo Schcolnik se refirió a continuación a los papeles para envases, que representan más del 50% del consumo general de la población y que se puede fabricar en grandes volúmenes y a bajo costo, a partir de dos orígenes: fibra de pinos para envases de exportación y papel recuperado. El mercado actual, contó, incluye la producción de 700.000 toneladas anuales de papel para envases, de 100.000 toneladas de cartulina, y de otras 100.000 toneladas de papel para bolsas, por lo que se deben importar 250.000 toneladas al año de papeles de fibra virgen con origen en Brasil, Chile y los EEUU.La jornada se cerró con las palabras de Patricio López Pagani, quien hizo hincapié en la innovación, por ejemplo con productos de doble hoja, que permite diferenciarse. Sobre todo, en un mercado de papel higiénico con una penetración de 98% y que presenta en la góndola una enorme diversidad de oferta para el consumidor.Fuente: AFCP Noticias Nº 203





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