Los niños son como los ángeles, seres de luz. Proteger a un niño, es proteger a un ángel.Seguramente alguna vez escuchaste (o lo pediste) “Ángel de la Guarda, dulce compañía, no lo desampares ni de noche ni de día”. Las abuelas, madres o tías sabían que son custodios naturales de los niños y se identifican con ellos. Y los visitan aunque no sean invocados.Hoy las madres, con poco tiempo para ocuparse de asuntos espirituales, no suelen contar a los ángeles entre los más seguros aliados de sus hijos. Pero lo son y allí están.Ademas del ángel de la guarda, los niños tienen un ángel de guía y asistencia a cada problema. Para accidentes o estudios, se invoca al Arcángel Uriel, quien transforma la mente de los seres a los que asiste. También ayuda cuando el niño es indisciplinado o no sabe organizarse. O para resolver cuestiones de alimentación, estudios médicos, trabajo, computación, tecnología.Para temas de salud, Rafael es el Arcángel curador. Desde remedios naturales hasta intervenciones quirúrgicas. Tanto de lo sutil como a nivel energético, trastornos emocionales y mentales.Para alejar a los niños de malas compañías, adicciones o vicios se invoca al Arcángel Gabriel. Es también inspirador de creatividad del arte. Y custodio de niños aislados e introvertidos.Si el niño se involucra en peleas, si es egoísta o si por el contrario es temeroso, allí está el Arcángel Miguel, velará su vigilia y su sueño, a menudo con miedos y pesadillas. Colabora: María Ysabel [email protected]én en FB.





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