Sin sospechar nada extraño, porque eran las 17.30, hacía calor y probablemente ambos individuos tendrían sed, la dueña de casa se dio vuelta para ingresar a su domicilio. Fue entonces que el mismo sujeto que le habló a la sexagenaria segundos antes la empujó violentamente y la derribó, obligándola a quedar tirada en el piso, boca abajo. “No mires y quedate quieta”, le habría dicho. En esas circunstancias el cómplice del delincuente mostró un arma de fuego tipo escopeta, en forma intimidante y que tuvo oculta cuando la víctima los atendió. Acto seguido el malviviente armado ingresó a la vivienda y se apoderó de una cartera de la mujer, la que contenía cerca de 10 mil pesos. El dinero era parte de la pensión de la pareja dueña de casa y de algunos ahorros. Una vez que obtuvieron el botín, ambos ladrones se dieron a la fuga. Mientras todo esto sucedía, el marido de la damnificada se hallaba realizando labores rurales, detalle que seguramente los cobardes agresores tuvieron en cuenta antes de perpetrar el robo, que se produjo el pasado martes, aunque recién trascendió ayer. Una vez al tanto de lo sucedido personal policial de la comisaría local desplegó un operativo en la zona, que hasta el momento no dio resultado en cuanto a la ubicación de los delincuentes. Se supo, en base a la descripción que brindó la damnificada, que la peligrosa dupla era de tez morena, pelo oscuro y hablaban con acento lugareño. Estaban a cara descubierta y al parecer se movilizaban de a pie. En el caso interviene el Juzgado penal en turno de esa jurisdicción.




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