Cuando el cerebro no puede recordar, tiende a “inventar” información para llenar esos blancos. Se necesita dormir más de cinco horas para que la memoria funcione adecuadamente. Investigadores aseguran que la falta de sueño repercute tanto en los recuerdos como en la memoria. Quienes no descansan lo suficiente tienden a recordar datos falsos que quienes hayan dormido más.





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