Bárbara Vega tiene la convicción de una mujer dolida, perforada por el dolor reclama justicia para el asesinato de su hermano Sebastián y está dispuesta a ir hasta las últimas consecuencias.De hecho, PRIMERA EDICIÓN publicó el miércoles en exclusiva la primera parte de la entrevista en que esta mujer denunció que ella y su madre fueron amenazadas de muerte para que no insistieran con el esclarecimiento del doble homicidio y que abandonaran Posadas.Esa circunstancia, aunque parece preocuparla, no la desvía del objetivo principal que persigue:?que los autores del hecho paguen por lo que hicieron.“A Seba lo mataron por denunciar un cargamento de marihuana”, resonó una de las frases más explosivas que lanzó esta mujer en la charla con este Diario.¿Creés que tu hermano conocía al asesino?Bárbara: El asesino era conocido de la familia (NdR: entregaron la identidad del sospechoso a la Justicia); pero mi hermano ya no se juntaba con él. Días antes, Seba contó que lo denunció por un hecho de narcotráfico. En Virasoro cayó el cargamento con marihuana, mezclado con aserrín. El asesino perdió la carga completa. Días después, a mi hermano lo mataron. ¿Cómo era Sebastián?Bárbara:?Era una persona buena, generosa y trabajadora. Trabajaba en el Mercado Concentrador desde las 5 y hasta las 17. Después iba a la serigrafía; juntaba dinero para comprarse un auto, que es el que está allí, en el garaje. Se lo dejó a mamá. Tenía muchos amigos y todos nos apoyan para la marcha. El día que murió, a la tarde, fuimos al centro, primero al pediatra, y después a comprar cosas para mis hijos. A la noche fue a mi casa a hacer el asado que me había prometido por mi cumpleaños, que había pasado un mes. Si bien no tenía hijos, le encantaban los chicos; se desvivía por sus sobrinos; vivía con su mujer y el hijo de ella.¿Cómo se conoció con Ibarra?Bárbara: En el 2006 mi hermano viajó a Buenos Aires para buscar trabajo. Allá se conocieron. Estuvo dos años en esa provincia, donde trabajaba para Directv. Un día Ibarra lo llamó y pidió venir a trabajar en la serigrafía. Rodrigo tenía tres hijos; le mandaba plata a la mujer. Quince días antes del crimen, ella vino a Posadas porque él le envió los pasajes. Ella vino con el bebé, después se fue y Rodrigo le dijo que iba a pasar las Fiestas allá, para luego regresar en marzo. Rodrigo tenía pensado instalarse en Posadas, comprar un terreno y hacer una casa.¿Por qué lo mataron a Ibarra?Bárbara: Porque acompañó a mi hermano y a mi hermano porque denunció el cargamento.¿Accedieron a las pericias al celular, saben los resultados?Bárbara: No, todavía no, porque no terminaron los informes del teléfono de mi hermano y eso nos dirán, supongo, cuando detengan al que denunciamos.Las ejecuciones de Sebastián Vega y Rodrigo Ibarra se sumaron a un crimen similar en cuanto a ribetes mafiosos; el de Rodolfo Trinidad, el ciudadano paraguayo acribillado a tiros el 20 de octubre anterior. Los tres resumen un hecho preocupante: el accionar oscuro y letal del narcotráfico y las mafias. “Llegaron ahí, los mataron y se fueron”Carmen, la madre de Sebastián Vega, sentado al lado de su hija Bárbara, brindó su teoría de cómo fueron los últimos minutos de su hijo antes de ser ejecutado junto a su amigo Rodrigo Ibarra, la madrugada del 17 de diciembre pasado en el barrio Tacurú, en jurisdicción de la chacra 97.“A él lo llamó una persona conocida; o los mismos asesinos que habrán dicho ‘venimos de parte de fulano y queremos hablar con vos, proponerte un negocio’ o algo así y él fue confiado. Y yo creo que fue así, porque él era muy dado. Seguro bajó del auto con Rodrigo, porque mi hijo era grandote. Fue y saludó a los tipos. Y por lo menos cinco tenían que ser (para reducirlo), porque Sebastián tenía 110 kilos y era alto; poseía mucha fuerza; hacía pesas. Para mí se bajó confiado y ahí lo encerraron, lo encañonaron y obligaron a meterse adentro del auto. Él estaba hablando cuando lo mataron; se ve que estaban hablando y detrás del apoyacabeza (del asiento delantero del acompañante) metieron el arma. Quedó el agujero. Él bajó (del vehículo) porque estaba en el lado derecho de atrás. Él bajó, fue a hablar y lo apretaron. Ellos (por los autores) fueron manejando el Agile. Seguro que en el Agile iban dos y en el VW Bora (el coche que, según la familia Vega, vieron detrás del Agile) tres, todos armados. Llegaron ahí, lo mataron y se fueron. No se quedaron horas en el lugar; yo fui por la zona y hablé con la gente. Ese Agile era de mi hija”, consignó la mujer.El lunes, a las 9, desde el Mástil de avenida Mitre, se llevará a cabo la marcha en reclamo de justicia que organiza la familia Vega.





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