Cuando las dificultades de la vida se ensañan con una familia, no existe mayor remedio que trabajar unidos para salir adelante, y es en esa etapa precisamente en la que se encuentra esta familia del barrio Lomas de Jardín de esta localidad. Compuesta por la madre, el padre y cuatro hijos menores, la familia lucha contra problemas de salud y económicos desde hace años, pero en este último tiempo todo se puso peor. La hija de once años, Valentina, padece “El Gran Mal del Sueño en Triple Esquema”, que le produce ataques de epilepsia cuando está dormida. Durante los últimos cuatro años recorrieron los médicos y las clínicas para intentar obtener un diagnóstico para ayudar a su hija, pero no fue sino hasta octubre pasado que se le diagnosticó el mal y se empezó con una medicación, que funcionó, porque no volvió a sufrir convulsiones. Valentina asiste a la Escuela 133 del barrio y todavía no tiene una pensión, la acompañan en todo momento su madre, que la ayuda en todo, o una niñera que colabora con algunos cuidados, pero nunca se queda sola. Pero a la alegría de saber finalmente lo que tenía Valentina, se sumó el desánimo de que los medicamentos que necesita la niña son muy costosos e inalcanzables para el presupuesto familiar. El medicamento que necesita es Levetiracetam 500, que viene en cajas de treinta unidades a 800 pesos; o por cincuenta unidades a 1.250; y debe tomar sin falta un comprimido y medio por la mañana y la misma medida por la noche, lo que hace un presupuesto total mensual de 2.400 pesos.Nelson, el padre de familia, es un hombre muy trabajador, de hecho cuando PRIMERA EDICIÓN lo visitó en su domicilio estaba trabajando, y lo hace todos los días como ayudante de albañil y durante los fines de semana se inventa todo tipo de changas para intentar sumar algo de dinero extra al hogar; pero no alcanza. Angélica, la mamá, hace pastafrolas para vender todos los fines de semana, a pesar de su dificultad, porque esta mujer valiente, que no se deja amedrentar fácilmente por las dificultades, tiene una grave malformación física que la aqueja sin tregua con agudos dolores constantes que no le permiten desarrollar ninguna actividad, pues tiene la columna desviada y atrofia en pulmón, costillas, clavícula, brazo derecho, mano y dedos. Además tiene problemas de tiroides desde hace ocho años. Sin embargo, no se deja desanimar y a pesar de la dificultad física y los dolores, intenta hacer un aporte económico al hogar, mientras educa con gran dulzura a sus adolescentes y niños. Tres hijos son del matrimonio, los varones de siete y quince, y la nena, de once años, pero el varón de catorce es un hijo del corazón.Hace tres años Luis Miguel perdió a su madre y su padre ya no se hizo cargo de él. En ese momento, por tratarse de un familiar de Nelson, le hicieron un lugar en la familia porque no tenía otro sitio dónde ir, y al poco tiempo se convirtió en uno más. Así lo contó a este diario Angélica: “Él es un familiar de mi marido y hace tres años que está con nosotros bajo el consentimiento de su papá y sus hermanos que no quisieron hacerse cargo de él después de que murió su mamá, y para mí es un hijo más, siempre pensé que donde comen cinco pueden comer seis y para mí es un hijo, mi corazón no me permitiría verlo de otro modo. Además es muy compañero, me ayuda mucho, me compaña, lástima no pude hacer los papeles legales, pero me gustaría poder adoptarlo legalmente”, explicó. En todo momento la familia se muestra unida y feliz, los varones adolescentes muy respetuosos, los niños muy colaborativos, el pasto bien cortado, los árboles podados, los pisos limpios, el perro bañado. El más chiquito de la familia, nació con una malformación en sus extremidades que le afecta en su normal desarrollo, tanto en manos como en pies tiene seis dedos en lugar de cinco. Para poder usar calzados tienen que ser siempre dos números más grandes. Según explicó Angélica a este diario, nunca pudieron ocuparse de este problema, en primer lugar por una cuestión económica, y en segundo lugar porque el niño nació con hipertiroidismo lo que le generó muchos problemas de salud desde su nacimiento. Pero ahora está creciendo y necesita ayuda. Al tomar nota de las necesidades de esta familia vamos notando que son muchas, sin embargo, Angélica no pide más que colaboración con los medicamentos para su hija: “Mi prioridad pasa por el medicamento para Valentina, si alguien me pudiera ayudar me gustaría que me ayuden con los medicamentos para mi hija”, reflexionó.Si alguien quisiera colaborar con esta familia podría hacerlo de diferentes maneras, principalmente con los medicamentos para Valentina. Además, para las pastafrolas Angélica necesita un horno nuevo porque el suyo está a punto de dejar de funcionar, o con los ingredientes para que le pueda sacar una mayor rentabilidad. O con los trámites para la adopción de Luis Miguel. O con la pensión para Valentina; o con lo que pueda y quiera, esta familia necesita de la solidaridad de la comunidad.Para comunicarse, este es el número de celular (3743)548326.





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