Desde el vamos, tenemos que aclarar que el concepto de permitidos está asociado a dieta y no a un estilo de vida. Partiendo de esta base, tenemos que ser realistas y pensar en las veces en que usamos a la comida como premio o castigo. Por ejemplo la frase: “si te portas bien, te compro golosinas” o estas otras dos clásicas: “termina de comer tus verduras, sino, no hay postre” y “hasta que no termines de comer, no te levantas de la mesa”. Son frases muy comunes en la educación de los chicos, pero no son las mejores para forjar buenos hábitos. Es muy probable que a partir de ellas, los chicos relacionen los hábitos saludables con mandatos u órdenes y por naturaleza no prefieran las verduras ni las frutas a los caramelos, las tortas, las papas fritas o gaseosas. Entonces la tarea está en ir construyendo de a poco estos hábitos, a partir del ejemplo o la dedicación que le demos al crecimiento de nuestros chicos en base a sus alimentos. Por ejemplo, elegir para una merienda una chocolatada sin azúcar agregada, con un sándwich de atún con queso crema en lugar de mayonesa, o trozos de pollo. Los tomates, la zanahoria y las lechugas en principio deben estar un poco camuflados o bien picados para empezar a incorporarlos hasta que los reconozcan como ricos y no algo extraño o desagradable. Este es un proceso lento y que requiere paciencia. Al igual que en los cumpleaños, reuniones de amigos para jugar o visitas, las vacaciones son peligrosas para llenarlos de estos “permitidos” o alimentos “para que se entretengan y no molesten”, está en la responsabilidad de ser padres de tener, en estos eventos, todo tipo de opciones y elegir la abundancia en el agua. Conciencia y amor para alimentar de verdad a los más chicos. Todos, en familia, lo podemos hacer realidad.Colaboración: Lic. Mariana Ramírez ArandaContactos al: 3764299068 Espacio Wellness, Sargento Cabral 2042.





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